La madrugada del próximo sábado, 30 de marzo, toca otra vez cambiar la hora. Adelantaremos el reloj de las dos a las tres, quitándonos una horita de sueño y descolocándonos las rutinas durante unos días, por aquello de que el organismo humano no es igual que el del reloj y hasta que se ajustan los engranajes nos cuesta un poco dormirnos y levantarnos al toque del despertador.
Hay quien anda despistado unos días -los expertos calculan que cinco-, especialmente los más pequeños que no entienden de normas europeas, pero tampoco pasa nada: se supone que así se aprovechan más las horas de sol y eso se traduce en ahorro energético. Eso sería perfecto si en España nos ajustáramos al horario solar, pero desde 1942, gracias a una iniciativa filonazi de Franco, nuestros relojes se rigen por el meridiano de Berlín, en lugar del de Greenwich, que es el que atraviesa la península. Es decir, que vamos a nuestro aire, una hora por delante de lo que deberíamos. Adelantándonos al futuro.
Precisamente para corregir este desajuste, el próximo domingo en la Puerta del Sol la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios (ARHOE) organiza un acto para reivindicar que España adopte el uso horario del Meridiano de Greenwich y abandone el de Berlín. La elección del lugar no es casual: consideran que esta plaza madrileña es «emblemática» porque cada 31 de diciembre millones de españoles miran este reloj para tomarse las uvas y cambiar de año.
Se trata con la celebración de este «Día de los Horarios » de sensibilizar a la sociedad sobre la «importancia, la trascendencia, la necesidad y la urgencia de un mejor uso del tiempo y unos horarios racionales normalizados con los de los demás países de la Unión Europea». «Volver al horario de Greenwich favorece la salud, aumenta la productividad y reduce los gastos», asegura la organización, de la que forman parte representantes del Ministerio de Sanidad, de empresarios y autónomos, representantes de la Educación y un largo etcétera, que también celebrará actos en distintas ciudades de toda España.
Además, la comisión reivindica la implantación de un horario continuo, que según ellos «favorece el equilibrio de la persona y de la sociedad». Y es que la reclamación más importante de esta comisión no se refiere al hecho de mover las manecillas en verano y en invierno: aspiran a implantar un horario laboral flexible en la entrada y la salida; armonizar los horarios familiares, escolares y laborales para facilitar la corresponsabilidad y adelantar el prime time televisivo para lograr un mayor descanso y mejor rendimiento en el trabajo.
About Maria Tello
Periodista con más de 20 años de experiencia en información política y local de Madrid. Apasionada de la lectura y la historia.