La nueva marquesina en una parada de autobuses en Madrid
Desde el Palacio de Cibeles se ha insistido que el cambio de las marquesinas de los autobuses no les va a costar un euro a los madrileños. El estado de las mismas, aparentemente es bueno. La estructura se conserva bien y su servicio es idóneo. Por eso no se entiende la sustitución cuando los recortes en Sanidad, Educación y asuntos sociales se han agudizado en los últimos dos años. Aparentemente, esta decisión resulta chocante y quizás que sea también frívola viendo las necesidades de casi el medio de millón de madrileños en el paro.
Las marquesinas dan la sensación de que podían dando un buen servicios durante muchos más años. La única pega es la barbarie de algunos ciudadanos que no dudan en hacer añicos los cristales de las marquesinas, por lo que quizás, la medida para sustituirlas se debería haber centrado más en la instalación de un material sustitutorio al cristal.
Falta por saber si el cambio de marquesinas se realizará en todos los barrios de la capital, o si por el contrario, habrá algunos que serán marginados. En un principio se comentó que para mediados de octubre debían haber finalizado el cambio en las 4.000 marquesinas existentes, pero por ejemplo, en el distrito de Vicálvaro siguen manteniéndose las viejas.
Una marquesina antigua de una parada de autobús
Causa extrañeza que se haya aprobado este cambio cuando la EMT tiene pérdidas estimadas en 3 millones de euros. Según se mantiene desde el Ayuntamiento había que llevar a cabo la renovación pues así estaba estipulado en el contrato con la empresa que las gestionaba. ¡Qué casualidad! A unos meses de las elecciones municipales. Los madrileños, viendo los últimos casos de corrupción, ya no saben qué pensar. Las obras en la ciudad es sinónimo de mejoras, pero perdonen señores políticos, también es sinónimo de concesiones, comisiones y viendo el panorama actual es lógico que la duda reine y se propague entre la ciudadanía.
Desde el Palacio de Cibeles se asegura que este cambio de marquesinas dará dinero a Madrid. Se ha calculado que se ingresarán 12 millones anuales en los próximos 13 ejercicios. Veremos que se hace con ese montante que llenarán las arcas municipales. En qué y dónde se invertirán y si se utilizarán para ayudar a los más necesitados y a bajar los impuestos.
De momento, el cambio de mobiliario tiene más que ver como una mejora de estética, aunque se insiste en que también será de funcionalidad. Varias son las novedades que presentan las nuevas marquesinas. La primera, el color. Desaparecerá el marrón. La segunda, el techo. Acristalado. La tercera, el asiento. Allí se ha colocado una barra vertical para impedir que los sin techo pueden dormir por la noche. En algunas de ellas se instalará wifi gratuito y se incrementarán los paneles de tiempo de espera como ya existe en la actualidad. Y en teoría, tendrá un poco más de fondo, por lo que podrá albergar a algún usuario de más. Aparentemente, innecesario. El tiempo dirá si realmente será beneficioso para los madrileños. Lo que resulta prioritario es la frecuencia del servicio. Esperar de pie a que venga el autobús será lo mismo en las nuevas marquesinas que en las viejas.
