Cartel del Atlético-Independiente/Javier Vega
Hoy se cumplen 40 años de la Intercontinental del Atlético. Los hombres de Luis Aragonés debían remontar el 1-0 de la ida disputada en Avellaneda. Pacheco; Melo, Heredia, Eusebio, Capón; Adelardo, Irureta, Alberto (Salcedo 70’); Aguilar, Gárate y Ayala fueron los colchoneros que saltaron aquella noche del 10 de abril de 1974 al césped del Vicente Calderón. En el otro lado, Pérez; Commisso, López, Carrica, Pavoni; Saggioratto, Galván, Bochini; Balbuena, Rojas (Rodríguez 69’) y Bertoni por Independiente. Irureta, en el minuto 21. Y Ayala, en el 86, pusieron nombre a la victoria colchonera y a que la fiesta se diera en la ribera del Manzanares. Ese día, el Atlético tocó el cielo.
En ‘La caldera de los sueños’, publicado por Prime Books se recopilan varios testimonios sobre aquella gesta. A continuación, un extracto de uno de ellos. José Luis Capón, lateral rojiblanco, saca del baúl de los recuerdos una anécdota del partido ante el Independiente de Avellaneda.
Los jugadores rojiblancos posan con el trofeo/Javier Vega
Durante el partido hubo un enfrentamiento entre el técnico argentino y varios jugadores de Independiente con ‘Cacho’ Heredia, ‘Panadero’ Díaz y Ayala. Los piques fueron de todos los colores. De palabra y alguna que otra tarascada o entrada. Recuerdo que Ayala, cuando quedaba poco tiempo para la conclusión del encuentro, no se pudo contener y tras marcar el 2-0 se fue hacia el banquillo argentino. No se cortó y le hizo una peineta a Roberto Ferreiro, el entrenador. También ‘Cacho’ se acercó antes a decirle algo. Todo vino dado por unas declaraciones previas del técnico unos días antes del partido en Madrid”, recordó Capón.
En cuanto al partido, el mítico lateral zurdo colchonero, señaló: “Fue un partido apoteósico. Lleno absoluto. Impresionante. La afición nos llevó en volandas. Charangas, cánticos, banderitas en la grada. Ambientazo. Me acuerdo que tardamos dos horas y media en llegar al estadio. Las inmediaciones del Vicente Calderón se colapsaron. Riadas de aficionados por las calles adyacentes. La gente tenía ganas y confiaba en que el trofeo se quedaba en Madrid. Nosotros también. El Independiente llegó a la cita como favorito. Su palmarés asustaba. Llevaban tres Copas Libertadores, dos Copas Interamericanas y una Intercontinental desde 1972, pero se acojonaron con el ambiente que se creó esa noche en el estadio».
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.
