Desde aquel lejano 1989, año en el que Izquierda Unida (IU) pasa a formar parte real del panorama político español (ya estaba constituida desde unos años antes, pero no concurría a las elecciones con esas siglas) hasta noviembre de 2014 varios han sido los coordinadores generales que han pasado al frente de la agrupación de izquierdas sin lograr conseguir realmente ser una opción de Gobierno nacional.
Los resultados de los primeros cabezas de cartel, Gerardo Iglesias, y, sobre todo, julio Anguita, nunca han logrado superarse, ni tan siquiera acercarse. Al cordobés le sustituyó en la secretaría general del PCE Francisco Frutos, que fue aspirante a la Presidencia del Gobierno en el año 2000, pero ni siquiera llegó a consolidarse como coordinador de IU. Sus pobres resultados desembocaron en una pérdida de rumbo que primero Gaspar Llamazares y últimamente Cayo Lara no han logrado mitigar.
Precisamente Cayo Lara ha anunciado ante el Consejo Político de su organización que ha decidido no presentarse como candidato a la Presidencia del Gobierno en las primarias de su formación. «Quiero anunciaros mi voluntad de no presentarme como candidato a las primarias para la Presidencia del Gobierno. Es una decisión que he tomado hace tiempo. No es cosa de un día, aunque lo quieran decir otros. La he tomado porque quiero a esta organización y creo en el esfuerzo y trabajo. No creo en los líderes, sino en el liderazgo colectivo», ha explicado Cayo Lara durante la reunión del Consejo Político Federal que se celebró en Madrid. Lo que no ha dicho es si dimitiría de su cargo.
Desde la desaparición del panorama político del añorado Julio Anguita, parece que los días de la IU, como dijera en su famosa novela Gabriel García Márquez, es una ‘Crónica de una muerte anunciada’.
Una formación que intentó dar el salto a la modernidad desde el Partido Comunista de España (PCE) aglutinando a las numerosas agrupaciones, partidos, corrientes y asociaciones de izquierdas no parecía mala idea, pero nunca logró despegarse de su origen del PCE. Además tampoco, desde los tiempos de Anguita, ha tenido una figura dominante, indiscutible, comunicadora y con sensación de saber lo que estaba haciendo.
La paulatina pérdida de confianza del electorado de izquierdas, a pesar del último repunte en la pasadas elecciones, y la aparición del 15M o formaciones como Podemos parece que están a punto de dar la puntilla a IU. Su falta de definición política, apuntándose a cualquier iniciativa ciudadana, les está pasando factura. Pero, lo que realmente les sucede es que no tienen una organización coherente, con unos líderes preparados que sepan qué es lo que quieren y que conecten con la sociedad.
En las bases de IU hay gente muy válida que desde abajo hacen un trabajo inmenso. Muchas de las iniciativas del 15M, de las que ahora se quiere aprovechar el showman Pablo Iglesias, partieron de los militantes de IU, pero no lo han sabido comunicar o aprovecharlo, y parece todo lo contrario, que han querido aprovecharse.
Fuera como fuere, el caso es que Cayo Lara es un personaje político muerto como candidato nacional y que el futuro de IU tiene unos nubarrones tremendos, veremos si la apertura del proceso de primarias, que será el 14 de diciembre y la votación el día 8 de marzo hacen resurgir e a esta histórica formación política.
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.