Hace un par de días se informó que Fiesta S.A., la empresa madrileña fabricante, entre otros productos, de las piruletas con forma de corazón y el Kojak, chupa chup relleno de chicle que se hizo muy popular en la década de los 70 por la serie estadounidense protagonizada por Telly Savalas, echaba el cierre. Un gran número de españoles, bien en su infancia y adolescencia retrocedió en el tiempo y recordó la agradable sensación experimentada al consumir estas chucherías. A la vez puso su grito en el cielo en las redes sociales por el cierre tras 49 años de la empresa madrileña, fundada por la familia Mayoral de origen venezolano, que tiene su sede en Alcalá de Henares que cuenta con 145 trabajadores y que su volumen de negocio llega hasta a 25 países, ha presentado un concurso voluntario de acreedores.
El Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid ha abierto la fase de liquidación, pero eso no significa que eche el cierre. Los actuales administradores serán sustituidos por otros de carácter concursal y habrá que esperar próximos movimientos en el proceso. La empresa tiene muchos visos de temer un nuevo dueño que garantizará la fabricación de sus productos. Algo similar le ocurrió en su día a Chupa Chups, la empresa fundada por Enric Bernat en 1958 y que pasó a manos italianas en 2006. En concreto a la empresa Peffetti Van Melle por 400 millones de euros. Otro producto emblemático de varias generaciones de españolitos logró salvarse. Nos referimos a los populares Huesitos que en abril de 2013 parecían tener sus días contados. Valor, la empresa alicantina se la compró a la estadounidense Mondelez, y de esta manera logró salvarla y poder mantener el sustento a los 107 trabajadores de la localidad zaragozana de Ateca. Una empresa de gran tradición, que en 1975 alcanzó un gran éxito comercial con la fabricación de unos barquillos bañados en chocolate ya con el logotipo de Chocolates Hueso, que posteriormente, en 1994 fue comprada por la británica Cadbury-Scheweppes, que a su vez, se la vendió a Mondelez en 2011.