Según un informe hecho público hoy por ACNUR, más de 800 personas han muerto en lo que va de año en el Mediterráneo. Muchos buscaban seguridad por conflictos o guerras civiles.
En los últimos diez días, más de 260 personas han muerto o han desaparecido cuando intentaban cruzar el Mediterráneo hacia Europa.
Los supervivientes han relatado terribles episodios de ahogamientos masivos, asfixia y un supuesto apuñalamiento múltiple. Este dramático recuento eleva a unas 800 el número de personas muertas en el mar en lo que va de año en comparación con las 600 muertes que se produjeron en todo 2013 y las 500 de 2012.
Estas tragedias marcan una intensificación de la crisis creciente en las costas europeas, ya que muchas personas huyen de países como Eritrea, Siria u otros Estados golpeados por la violencia y buscan seguridad en Europa arriesgando sus vidas en el mar a manos de traficantes. El incremento de accidentes durante las últimas semanas ha llevado a pedir medidas urgentes a los países europeos para que desarrollen un plan integral de prevención de dichas tragedias.
Más de 75.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Italia, Grecia, España y Malta por mar en la primera mitad de 2014 –un 25% más que las 60.000 personas que hicieron el mismo viaje en todo 2013 y tres veces más que las 22.500 que llegaron en total en 2012-.
Italia recibió la cifra más alta de llegadas (63.884) seguida de Grecia (10.080), España (1.000) y Malta (227). Otros 21.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Italia desde el 1 de julio. La mayoría proceden de Eritrea, Siria y Malí, y muchos han partido del norte de África, sobre todo de Libia.
Estas cifras incluyen a 10.563 niños, 3.676 de Siria, que llegaron a Italia durante el primer semestre de 2014. 6.500 menores, muchos eritreos, llegaron solos o separados de sus familias.
Sólo durante el fin de semana del 19 al 20 de julio, las autoridades italianas y maltesas, junto con varios barcos comerciales, rescataron a 8.000 personas.
António Guterres, Alto Comisionado de ACNUR, elogió el esfuerzo de ambos países pero dijo que los estados europeos tienen que aumentar su asistencia.
“La muerte de 260 personas en menos de diez días, en circunstancias terroríficas, es una evidencia de que la crisis en el Mediterráneo se está intensificando” dijo Guterres. “Los europeos tienen que tomar medidas urgentes para evitar que esta catástrofe empeore durante la segunda mitad de 2014”.
António Guterres pidió a los gobiernos que refuercen sus operaciones de rescate y garanticen un acceso rápido a los procedimientos de asilo para las personas que necesiten protección, así como alternativas a los peligrosos viajes por mar.
Los refugiados e inmigrantes rescatados cuentan que entregaron sus ahorros de toda la vida a los traficantes para poder viajar en embarcaciones no aptas para la navegación y saturadas, hacinados en pocos metros cuadrados sin alimentos, sin agua ni chalecos salvavidas.
El viaje puede durar entre uno y cuatro días dependiendo del tiempo, el mar y las condiciones del barco. En muchos de estos episodios la gente llevaba varada en el mar más de dos semanas antes de ser rescatada.
El 14 de julio las autoridades italianas rescataron a 12 personas a 40 millas de la costa de Libia. Los supervivientes dijeron que su embarcación de goma transportaba a 121 personas. Los pasajeros entraron en pánico cuando la embarcación se empezó a desinflar por un lado y volcó. Hay 109 personas desaparecidas y uno de los supervivientes contó que en el accidente había perdido a su mujer embarazada.
El 15 de julio 29 personas murieron, al parecer por asfixia, en la bodega de un barco de pesca y, a medida que se van conociendo más detalles de este horrible suceso, parece que unas 60 personas fueron apuñaladas y lanzadas al mar cuando intentaban escapar de la bodega hacia la cubierta. Un total de 131 personas se encuentran desaparecidas y presumiblemente muertas tras este incidente, entre ellas un bebé recién nacido. La policía italiana ha informado del arresto de cinco hombres el pasado martes en relación a este incidente.
ACNUR agradece los esfuerzos de las autoridades europeas, en particular de Italia, para rescatar a estos barcos en peligro en el Mediterráneo y pide a todos los Estados que sigan cumpliendo con sus obligaciones bajo la ley internacional de refugiados y las leyes marítimas. ACNUR reconoce el gran apoyo que prestan los capitanes de barco en el Mediterráneo a la hora de llevar a cabo las operaciones de rescate y les pide que sigan vigilantes y desempeñando su deber de rescatar embarcaciones en peligro.
La Agencia de la ONU para los Refugiados también pide a los países que ofrezcan más y mejores condiciones de acogida para las personas rescatadas, y que identifiquen soluciones a largo plazo para los refugiados, incluyendo el reasentamiento, la admisión humanitaria y la admisión mediante sponsor, facilitar la reunificación familiar y los programas de visados de estudios o de trabajo.