Un buen plan para estos días es acercarse al Castillo de Belmonte en Cuenca. Un viaje al pasado. Más en concreto, a la Edad Media. A los siglos XIV y XV. Allí desde el pasado 1 del presente mes, y hasta el día 4, se celebra el Campeonato Mundial de Combate Medieval en el que toman parte 19 países y cerca de 400 combatientes. Un deporte de nuevo cuño. Una oportunidad para los espectadores, las previsiones es que acudan 10.000, a ver una lucha real y no descafeinada que han podido presenciar en algunos espectáculos coreografiados, pues van a ver un torneo con unas reglas que deben cumplir los participantes, que en caso que cometan alguna infracción serán penalizados.
En este torneo hay varias modalidades. Por un lado, la lucha una contra uno con espada larga y con armas de asta. Luego está la modalidad del combate de cinco contra cinco en el que cada país participante luchará hasta con tres equipos distintos. Por último, se encuentra la lucha de 16 contra 16. Y es que se combinan los duelos individuales con los de grupo (melés). El objetivo de los segundos es derribar al equipo contrincante con todo tipo de armas y técnicas. Los duelos se deciden por puntos.
Este deporte lleva 20 años desarrollándose por Europa, y poco a poco, se ha ido extendiendo a otros países. En España hay 40 luchadores, entre hombres y mujeres, que practican el combate medieval. La preselección de 20 se realizó entre el 12 y 13 de abril en el Castillo de Belmonte. El equipo español ha participado en varios torneos celebrados en Inglaterra, Francia, Alemania, Italia e Israel.
El Castillo de Belmonte será testigo de esta oferta deportiva. Una fortaleza que se mandó construir en 1456 en el cerro de San Cristóbal, situado cerca de esta localidad conquense. Una de sus propietarias fue Eugenia de Montijo que fue emperatriz de Francia al casarse con Napoleón III. Su estilo es renacentista. En la puerta de acceso hay elementos góticos y también tiene mudéjares y platerescos. Cuenta con una torre de homenaje y seis circulares. En su interior, todo restaurado, cuenta con varias habitaciones, una capilla y arcos. En 1932 fue declarado Monumento Nacional. Su propiedad es particular y se puede visitar y organizar todo tipo de eventos. Su precio es de 8 euros para los mayores y de 4 para los niños hasta los 14 años.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.