No es cuestión de colgarse medallas, aunque en esta profesión muchos se dan autobombo por proclamar que ellos fueron los primeros en adelantar algo. De la debacle de La Roja en Brasil hemos dejado pinceladas en varios artículos publicados en Tu Criterio. Ya esbozamos en su día el riesgo de convocar a futbolistas que acababan de salir de sus lesiones (casos de Piqué, Jordi Alba o Sergio Busquets), de otros que no habían dado un bajón en su juego (caso de Xavi), las dudas por la convocatoria de Diego Costa, que delanteros como Fernando Llorente o Álvaro Negredo se quedasen fuera o que Del Bosque se dejase influenciar por los nombres y no por los hombres en la elección de la lista de 23. También precisamos que jugadores como Gabi, Carvajal o Ander Herrera hicieron méritos de sobra para haber figurado en ella en vez de esos nombres que no estaban al cien por cien.
No es cuestión de sacar pecho. Eso lo dejo para otros. Escrito está. Como el sentido que Del Bosque le da a la selección. La ve como un club. Vicente tiene su grupo y apostó por él. Fue consecuente. También quiso ser justo. Era consciente de que debía acometer el cambio generacional-solo dio entrada a Koke, De Gea y Thiago Alcántara, pero este último se cayó por lesión-, pero prefirió ir con todas las consecuencias con su núcleo duro. Apostó por los veteranos. Quiso reconocer a un grupo que lo dio todo por el equipo de todos los españoles. Todo lo contrario que se está dando en estos años en las empresas. La gente que más tiempo llevaba trabajando ha sido carne de cañón de los malditos ERES. Y más de uno se vio obligado a salir al ser señalado sin haber dado un motivo aparente por su despido. Sujetos que miraron para otro lado y se lavaron las manos. Allá las conciencias de los que tomaron esas decisiones, pero por lo menos, Del Bosque no dio la espalda y quiso premiar a los integrantes de una generación mítica.
Solo un apunte. El seleccionador ya atisbó en los primeros días en la concentración un cambio en la mirada de los suyos. Quizá debió haberse visto cara a cara unas semanas antes con ellos, haberles mirado sus ojos de frente y haber tomado la decisión de citarles o no para Brasil. El fracaso de La Roja va a tener un efecto dominó. En estos días más de un futbolista comunicará su adiós a La Roja. Muchas gracias por los servicios prestados y por habernos hecho disfrutar estos años. Se lo decimos por adelantado.
Del Bosque ha quedado marcado. Se ha equivocado en la confección de la lista, es evidente. Muchos pedirán que se vaya, pese a que le quedan dos años de contrato. Algunos apuntan a que podría poner su cargo a disposición de Villar. Esperemos que no lo haga. Del Bosque es la persona idónea para llevar a cabo el cambio generacional en La Roja. Tiene criterio y conocimiento. En Brasil le salió mal la jugada. Su apuesta. Se dejó llevar por el corazón más que con la cabeza. Él mejor que nadie para llevar a cabo el cambio. Me niego a decir ‘limpia’. Es ley de vida. Casillas, Xavi y Xabi Alonso deben dejar paso ya a los que vienen por detrás. Otros como Torres e Iniesta, a medio plazo. Nadie duda de la capacidad de análisis del seleccionador. Debe ponerse ya manos a la obra. La clasificación para la próxima Eurocopa se iniciará el próximo curso. Ucrania, Eslovaquia, Bielorrusia, Macedona y Luxemburgo son nuestros rivales.
Cuando Luis Aragonés llegó a la selección en 2004 propuso ‘La gran sentada’. Quiso profundizar con entrenadores, jugadores y periodistas el modelo que debía tener el equipo nacional. Luis mantenía la teoría que una selección se debía caracterizar por una forma de juego y él apostó por el toque. Un estilo que nos lo ha dado todo. Títulos y reconocimiento. Un modelo que ha sido fotocopiado por muchísimas selecciones. En Brasil se ha fracasado, pero no debemos echar por la borda lo que hemos conquistado. Debemos seguir apostando por nuestro estilo. Nuestro ADN. Ahora solo falta cambiar cromos. Los tenemos. Hay que dejar a Del Bosque que los coloque en el álbum.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.