El Atlético da un paso al frente: expulsa a sus ultras

Indios en las gradas

Un aspecto del Calderón donde se ubican sus ultras

48 horas después todos seguíamos esperando a que el Atlético reaccionase, que no le temblara el pulso, que no permitiese ni un minuto más que una lacra, un minúsculo grupo, por mucho que se crean lo contrario, siguiera manchando un escudo y la reputación de una afición que se ha ganado el respeto y la admiración en el fútbol.

Tras las palabras de sus dirigentes el pasado domingo las dudas se instalaron en que realmente iban a remangarse y coger el toro por los cuernos.  No mostraron contundencia en sus mensajes. Tibios. Light. Preocupante reacción. Luego, no ver a ninguno de sus dos dirigentes con peso en la reunión del pasado lunes encendieron aún más las incógnitas sobre su proceder en este asunto, y además, les dejaron en mal lugar al pasar lista y notar su ausencia en dicha cumbre en la que estaban puestos todos los ojos tras lo sucedido en las inmediaciones del  Calderón con la muerte de un ultra del Deportivo .

Los acontecimientos se precipitaron al día siguiente. La policía identificó a 15 individuos que aseguraron ser seguidores del Atlético: siete de ellos eran socios abonados, uno socio no abonado y otros siete no eran socios. Unas horas después, Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado colchonero, anunció en Cuatro  su decisión de expulsar al Frente Atlético de los eventos del Vicente Calderón. Una respuesta bien recibida, aplaudida, pero que fríamente, deja dudas. Hay que leer la letra pequeña.  ¿A cuántos afectan la expulsión? ¿Se refería solo a los detenidos? ¿Tiene el Atlético el listado de todos sus miembros?  

Por cierto,  los 21 ultras fueron puestos en libertad con cargos, según decidió  la juez de guardia a los que obliga que se presenten cada dos semanas en un juzgado. La policía sigue con sus investigaciones para dar con la identidad de los autores materiales del asesinato del ultra del Deportivo. Gil Marín fue valiente y dio un paso al frente.

Y otra cuestión, ¿por qué el Cholo se desmarcó? El argentino, en teoría referente, se le esperaba que estuviera a la altura, con una declaración tajante, pero tiró balones fuera. “Estoy  para entrenar y no para tomar decisiones”. El técnico no se mojó  sobre los incidentes acaecidos en los prolegómenos del Atlético-Deportivo. Decepcionante.  El icono e ídolo de toda la parroquia colchonera, y por supuesto del grupo ultra, que patentó un cántico ya familiar en el Calderón, no podía repudiarles y que de su boca no salió ningún  reproche de sus labios.. Con un par. ‘Ole, Ole, Ole, Cholo Simeone! le habrían cantado desde el fondo sur al escuchar su intervención ante los medios.

 

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