El Athletic ridiculiza y ningunea al triunfal Barça

Alegría Athétic

Los jugadores del Athletic se abrazan tras uno de los goles ante el Barça/Foto Athletic

Numéricamente, el Barcelona salió con 11 jugadores en San Mamés. A la hora de la verdad, la mayoría solo salieron al césped a lucir la segunda  equipación.  Se pasearon como eventuales modelos.  Aportación nula. Suspenso general.  Ridículo mayúsculo.  El Barça cayó con todo el equipo en Bilbao donde el reto del sextete  se esfuma a la espera de una remontada que lave la imagen de una noche patética.

A Luis Enrique  le tocó tirar de rotaciones. No tuvo más remedio. El calendario se lo exigía, pero también era una buena oportunidad para fardar de fondo de armario. Cinco cambios con respecto a Tiflis. Tres de ellos en la zaga, y como ante el Sevilla, el Barça recibió cuatro goles, mostrrando la misma endeblez y candidez dando una nueva imagen de una defensa de verbena.

A diferencia de la final de la Supercopa, el Barça se encomendó a Messi para que resolviese la papeleta. Como siempre. Un Leo que salió con los galones de capitán, pero que esta vez no pudo liderar ni ser el abanderado del juego azulgrana. Alejado del área, el argentino estuvo desconectado por un Athletic que fue fiel a su idiosincrasia: garra, anticpación, corazón y pegada. Seis disparos a puerta que se tradujeron en cuatro goles como cuatro soles.

Messi, desaparecido, pareció tomarse el día sabático. Nadie de sus compañeros le cogió el guante. Una buena oportunidad para ser rey por un día, pero ninguno dio un paso al frente. Jugar a su lado es muy fácil. Solo hay que darle la pelota y  quedarse mirándole para que invente y resuelva. Luego, todos a correr a abrazarle y salir en la foto.  Eso no se dio en San Mamés, pues Messi no tuvo su noche y el resto de secundarios le imitaron. Nadie se atrevió a robarle el trono, aunque fuese por unos minutos.

Solo Pedro y Luis Suárez sacaron las uñas y los codos. Solo ellos mostraron un espíritu competitivo y aguerrido, pero no fue suficiente. Como un espejismo fue el inicio del partido con un Barça sobando el esférico, pero sin profundidad. Al Athletic le costó diez minutos entrar en contacto con la pelota.  Y en su primer disparo a portería, bingo. Ter Stegen, adelantado, se vino arriba y cabeceó  un saque largo que le envió desde la otra portería  Iraizoz. El alemán rifó el balón que le llegó franco a San José, que desde la media luna del centro del campo, chutó con potencia y precisión desde 45 metros para superar al guardameta azulgrana y abrir la jaula.

Minuto 12. Se gestaba la hecatombe y desastre culé.  Todo el mundo esperaba el toque de corneta en la tropa de Luis Enrique, pero el Barça no estaba ni se le esperaba. Incapaz de llegar a las inmediaciones del área de Iraizoz, el Athletic se movía como pez en el agua por el verde y llevó el partido a su terreno.  No le importaba que la posesión la tuviese un rival que solo se limitaba a tenerla para defenderse y no para buscar la portería. En el último minuto de la primera parte dio el Barça signo de existencia. Falta al borde del área que fue lanzada magistralmente por Messi que como en Tfilis buscó la escuadra, pero  que en Bilbao se encontró con una portentosa mano de Iraizoz.

Tras el descanso, el Barça pudo empatar en una contra, pero el disparo de Pedro se estrelló espectacularmente en el larguero. Fueron los dos fogonazos que disfrutaron, pero  no se tradujeron en goles. En cambio, el Athletic  se mostró efectivo y aumentó su diferencia con tres goles firmados por Aduriz y que desnudaron a un Dani Alves, calamitoso. En el primero, tras un robo de balón de Sabin Merino a Serg Roberto, el interior bilbaíno, tras romperle la cintura al brasileño, puso un centro que el delantero cabeceó con potencia  en su salto con Mascherano. El 3-0 llegó con otra pérdida azulgrana, y tras un nefasto rechace del brasileño, el balón lo cazó Eraso, que asistió a Aduriz, cuya volea tocó ligeramente en Bartra con dirección a la red. Y el 4-0, de traca. Penalti infantil de Alves sobre Etxeita. Empujón sin disputar el balón. Al brasileño le pillaron in fraganti. Y Aduriz transformó la pena.

Luis Enrique tiró de clásicos, pero ni Iniesta y Rakitic dieron solvencia al juego azulgrana. Un Barça que no estaba ni se le esperaba. Si el partido hubiese durado 30 minutos más no habría marcado. El Athletic ridiculizó y ninguneó  al  triunfal Barça.  El lunes tiene una segunda oportunidad para arreglar el desaguisado, el  desastre de Bilbao. Nadie duda de que el Barça está capacitado para remontar. Tiene potencial y talento para lograrlo, pero las dudas aparecen atrás. Con una defensa de verbena tanto en Tfilis como en Bilbao no va a ningún sitio. Ante el Sevilla le salvó al marcar un gol más. Ante el Athletic necesita que no le hagan ninguno. Ya es cosa de los rojiblancos.

ATHLETIC: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; San José, Beñat, Susaeta (Bóveda, 86), Eraso (Gurpegui, (77), Sabin Merino )Lekue. 65) t Aduriz.

BARCELONA: Ter Stegen; Dani Alves, Batra, Vermaelen, Adriano; Mascherano, Sergi Roberto (Rakitic, 60, Rafinha (Iniesta, 52); Messi, Luis Suárez y Pedro )Sandro, 71).

GOLES: 1-0. Minuto 12. San José. 2-0. Minuto 62. Aduriz. 3-0. Minuto 62. Aduriz. 4.0. Minuto 67. Aduriz.

ÁRBITRO: González González (castellano-leonés). Mostró tarjeta amarilla a Eraso, Beñat, Susaeta, Gurpegui y San José por el Athletic y a Pedro, Alves, Mascherano e Iniesta por el Barcelona.

INCIDENCIAS: San Mamés. 46.000 espectadores.

 

 

 

 

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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