De la Liga de dos a una de cinco tenedores por F.J. Molina

Abrazos del Vakencia jpg

Varios jugadores del Valencia celebran un gol

Esta Liga huele de maravilla. Tras diez jornadas, cinco equipos están separados por solo dos puntos. Desde 2002 no se vivía algo semejante. Por aquel entonces, el Deportivo lideraba la tabla con 20 puntos. El Barça, con 19, y luego Valencia, Celta y Alavés con 17  echaban más leña al fogón. Volviendo al presente, en un abrir y cerrar de ojos ha habido un cambio de tendencia y de líder. El Barça, ahora el último de la fila en la Champions, se pegó un buen atracón en el arranque liguero y ahora le toca estar a dieta a costa de un Real Madrid que le ha dado la vuelta a la tortilla.

Los merengues empezaron el curso al ‘baño María’. Al chef Ancelotti se le complicó la receta. Perdió de un plumazo a dos de sus mejores ingredientes y tuvo que buscar sobre la marcha nuevos complementos para condimentar un menú que dejase satisfecho los estómagos de los mejores gourmets. Tras los blancos, el Valencia, fuera de los fogones en Europa, quiere ser la pesadilla en la cocina para blancos y azulgranas. Y por qué no, copiarle al Atlético la receta del éxito. Puede tener sus opciones. No va tener el desgaste de los otros cuatro al alternar Liga y competición continental. Si sabe gestionar esta ventaja puede gritarle oído cocina» a la Liga. Llegó Nuno al banquillo blanquinegro. Un novato. Muchos le vimos como un ‘pinche’ y tres meses después tenemos que meternos en el congelador. El portugués está asombrando con su quehacer. Alta cuisine para la Liga.

Como lo sigue siendo y haciendo Simeone en el Manzanares. El argentino, pese a que le dejaron sin materia prima, repite indumentaria. Camisa, delantal y pantalón de negro. Repite receta con el nuevo género que le trajeron. Nuevamente ha puesto la carne en el asador. Fresca y roja como la de hace un año. De primera calidad. La temperatura no ha bajado un ápice en la parrilla. Se mantiene alta. Y en el Calderón se sueña con hincarle el diente a la Liga como en la temporada pasada.

Y para cerrar la carta, el Sevilla es la quinta opción que se presenta a los mejores paladares futboleros. Como a Simeone, a Emery le cambiaron las sartenes, las ollas, las especias. Ha tenido que estrenar cocina y huele de maravilla. Algunos vieron que los actuales campeones de la Europa League se quedarían sin el postre y están peleando para repetir uno y otro plato A punto estuvo de sustituir al Barça como mejor restaurante de la Liga, pero en Bilbao se le pasó el tiempo de cocción y el beneficiado fue el Real Madrid tras su festín en Granada.

En un par de años se ha pasado de la Liga de dos, donde Real Madrid y Barcelona se lo guisaban y se lo comían  a una de cinco tenedores.  De la Liga escocesa se ha pasado a la inglesa, donde en otrora al United le salieron el Chelsea, City, Arsenal y Liverpool como serios contrincantes para pelearle la Premier. La Liga ya no es de cuchara. De dos. Es de tenedores. De cinco. El que sepa usar el cuchillo se llevará el premio. El título.

Como ha cambiado el patio en la Liga. Las voces cansinas que no paraban de quejarse por el hastío de la bipolaridad o bicefalia del campeonato se frotan las manos y los ojos  al ver la entrada en escena de más equipos. Primero, el Atlético. El tercer grande despertó el curso pasado y quiere demostrar que su título no fue producto de la casualidad. Mucho mérito el de los colchoneros. Uno de los grandes puede fallar. Los dos, pocas veces, pero ahí tiene que estar el Atlético. El campeón despertó de su largo letargo y se dio el gran homenaje. Ahora, Valencia y Sevilla se unen a los comensales y quieren comerse la Liga. Buen provecho y tener a mano el bicarbonato y las sales de frutas. Habrá comidas indigestas como también frugales. El que mejor haga la digestión se llevará el ansiado manjar. Ahora huele a quemado en Barcelona y delicioso en Madrid. Quedan 28 menús. Y Valencia, Atlético y Sevilla buscan meter la cuchara al puchero de la Liga.

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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