Alemania, una selección de playstation; Brasil, una selección de chiste, una banda

Fiesta alemana. jpgQue Brasil hubiese llegado a semifinales fue un fraude. Esta vez no hubo un Nihismura ni un Velasco Carballo para ayudarles, salir al rescate. Lo que hubo enfrente fue un equipazo que puso a la ‘canarinha’ en su sitio. Una selección de chiste. Una banda. La apuesta en ese Mundial fue la de un juego ramplón que sustentó su razón de ser en rifar balones, pegada a balón parado y a lo que hiciera un islote llamado Neymar. Una mentira esta selección. Lo peor las lágrimas de su torcida que ha vivido en el mundo de Disney. Pasión y amor a unos colores. Una selección mediocre. Jo, Paulinho, Fernanfinho, Fred… una vergüenza que vistieran esa zamarra. Esta selección debió caer en la primera  fase por su propio peso. Lo del Maracanazo del 50 fue ‘pecata minuta’. El 1-7 de Belo Horizonte fue un repaso en toda regla. Un baño. Alemania fue in rodillo. Una selección de playstation. En el minuto 29 le había dado una gran bofetada. Una manita histórica. Una exhibición de los de Löw.

Brasil quiso intimidar, como hizo ante Colombia, pero enfrente tenía a futbolistas más expertos y con mucha calidad. La ‘canarinha’ apostó por la testiculina emterrando su juego de toque. Su esencia. La samba tuvo sonido alemán. Müller abrió la lata en una acción a balóm parada. Quinto gol del delantero del Bayern. Imperdonable que le dejaran rematar dentro del área a la salida de un córner. Brasil tenía problemas para sacar el balón. Kroos y Khedira apretaban de lo lindo. Los brasileños fueron unas madres atrás. Los alemanes vieron la posibilidad de una goleada histórica y con tres toques se presentaron ante Julio César al que acribillaron. Cinco tiros. Cinco goles. Kroos presentó sus credenciales a los seguidores de su futuro equipo; el Real Madrid. Dio el pase del 0-1 y metió dos goles. Klose hizo su golito y con 16 se convirtió en el máximo goleador en un Mundial.

En la segunda parte, Alemania bajó el pistón. Brasil intentó maquillar el resultado, pero Neuer no estaba por la labor. El meta sacó tres balones con marchamo de gol. Pese a que Ózil estuvo desaparecido,   Schürrle que salió minutos después, recuperó la ambición teutona que había guardado para la final. El jugador del Liverpool cerró la goleada poniendo un 0-7 en el marcador. Luego, Ózil pudo poner el 0-8, pero falló inexplicablemente en el uno contra uno ante Julio César. Un minuto después, Oscar logró el gol del honor. El tanto más triste de su historia.

Julio César decepcionHumillante para Brasil. Excelso para Alemania, El fútbol de toque, el ‘jogo bonito’ triunfó. Es alemán. Lo importaron de España. La cuarta estrella tiene muchos visos de lucirla en su camiseta. Habrá que ver quién será su rival. Que en Argentina tomen buena nota. Holanda les puede hacer una buena avería. El tormento de Brasil no ha acabado. Si en su día su torcida iba con las selecciones que se enfrentaban a España, pues no querían ver ni en pintura a La Roja lo mismo sucede ahora con la albiceleste. Serán más que nunca de Holanda en el duelo ante Argentina. Si el destino quiere que sean los Messi y compañía su rival por el tercer y cuarto puesto… el morbo estará servido. La pesadilla brasileña no ha acabado todavía.

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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