‘A voces de Carabanchel’, publicación que informa sobre dicho barrio y que ha cumplido un año, denunció en su último número el estado del antiguo campo de fútbol de la Colonia Velázquez. Un terreno de juego al que echaron el cierre a mediados de 2011 tras 40 años de historia y que fue utilizado por la Escuela de Fútbol de Carabanchel para albergar entrenamientos y partidos para sus 400 alumnos. Con posterioridad, alternaron el campo de la Vía Lusitana y el de Las Cruces del Puerta Bonita.
“Desde hace un tiempo, el aspecto que ofrece el antiguo campo de fútbol de la colonia es de un absoluto olvido por parte del Ayuntamiento. Árboles en mal estado, matorrales que casi alcanzan la altura de una persona, papeleras que no se vacían y se desbordan… No parece que pertenezca a Madrid, como si parásemos en la cuneta de una carretera en un lugar olvidado. Antes, cuando se jugaban los partidos de la Escuela de Fútbol de Carabanchel, el campo por lo menos estaba cuidado, y gran culpa de ello lo tenía la propia escuela, que lo tenía bien adecentado, y no gracias precisamente al Ayuntamiento. Pero ahora es una lástima verlo así. Llamamos al 010, o directamente a los responsables del Cantón de Limpieza, pero no conseguimos nada. Como mucho nos vacían las papeleras y nada más. Ahora que aprieta el calor y la hierba se está secando rápidamente es un foco de peligro inminente. Y cuando algún desaprensivo tire una colilla mal apagada, puede montarse un gran incendio. Esperamos y deseamos que no se llegue a esta situación”, denunció la Asociación de Vecinos Colonia Diego Velázquez. Lo hizo en una nota con dos puntos.
El segundo se centró en la caseta del campo. “Hace unos días vimos con sorpresa cómo venían operarios de Patrimonio, del Ayuntamiento, y empezaban a tapiar las puertas de la vieja caseta del campo de fútbol, cuando estábamos esperando que echaran al okupa que hay dentro y tiraran abajo la caseta. Pero lo mejor no acaba ahí, ya que dejaban una puerta sin tapiar, justo del cuarto que ocupa este señor. Entonces nos comunican que el okupa se ha empadronado en una caseta que está declarada en ruina… Nos surgen varias preguntas: ¿cómo se consiente que haya alguien empadronado en una caseta que está en ruinas, con el peligro que supone? ¿Quién es el responsable si mañana cae parte del techo y le parte la crisma a este hombre? Hemos intentado ponernos en contacto con la concejala del Distrito para que nos aclare el tema, pero nos ha pillado el cambio electoral, y el vacío en el que ahora se encuentra la Junta. Pensamos que no es normal que alguien pueda empadronarse de esta forma, porque ya sabemos los madrileños los documentos que se necesitan. Con lo cual, creemos que hay alguien que le está ayudando de mala manera, y encima han engañado al Ayuntamiento. Habrá algún departamento responsable que nos pueda dar explicaciones de esta interminable y desagradable situación.”
Un campo, de tierra, que fue todo un hervidero para las ilusiones de varias generaciones de chavales para cumplir su sueño de ser algún día futbolista o para otros para dedicarse al periodismo. Fue mi caso. Daba mis primeros pinitos en la profesión. Fue en 1988. Colaborando en la Revista ‘Regateando’, la aventura loca, pero maravillosa del señor Suasi, vivero de periodistas, Javi Díaz (As), Javier Alba (Antena 3), Daniel Lozano (El Mundo), Santiago Aparicio (EFE), Martín Pérez (Telecinco), Alonso Castilla (El Confidencial), Manuel Real (Canal +), entre otros. Durante un tiempo me tocó cubrir al Colonia Velázquez, encuadrado en el Grupo I de la Regional Preferente. Al término del campeonato, el equipo carabanchelero acabó en décima posición. La entidad la presidía por entonces Andrés Tapia y Artega era su técnico. La plantilla la conformaron Salva, Manuel, Campos y Gaitán, como porteros, y cono jugadores de campo: Pedro, Sanz, Ledesma, Enrique, García Ruiz, Morales, Castillo, Pablo, Pérez, Polo, Javier I, Javier II, Félix, Jesús, Oliver, Pesquero, Cipriano, Morán, Arteaga, Jhonny, Toledo, Palacios, Valenzuela, Agui, Paco, Cozar, Albino, Jorge, Ruiz, Olías y Herrera,
En su banquillo dio sus primeros pasos José Ramón Sandoval como entrenador del Cadete A de la Escuela de Carabanchel (1992). Un campo que vivió una situación kafkiana el 3 de enero de 2010 cuando tuvo que suspenderse el partido entre la E.F. Carabanchel y la A.D. Piqueñas del Grupo 6º de la Segunda Regional por culpa de un socavón en el centro del campo. Una circunstancia que se dio hasta en tres ocasiones. El motivo de la aparición del agujero se debió a la circulación de agua subterránea, y que al parecer,
El campo, de titularidad pública, estuvo siete años bajo el síndrome del cierre. Finalmente se produjo en junio de 2011. Su estado de descomposición y abandono dio grima ante la pasividad de las autoridades. Grietas en la facha exterior, retirada de las vallas que la demolición de su pequeño chiringuito, vestuarios tercermundistas y nada qué decir de sus banquillos. Como no se adecentaron, en la Escuela buscaron una alternativa. Cogieron dos bancos, como los que hay en los parques madrileños, los juntaron y los protegieron con una base de uralita.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.