El Cholo y la teoría de la distracción

imagen-simeoneTic Tac, Tic Tac. En la ribera del Manzanares, pendientes de las manecillas del reloj. Las 20.45 es la Hora H. Unos minutos antes se despejará la gran incógnita. La alarma sonó ayer por la tarde. En el mismo césped del escenario donde aguarda el Barça. Diego Costa era duda. El hispano brasileño se retiró de la última sesión, ya en el Camp Nou, con molestias en su rodilla izquierda. Solo 15 minutos. Tiembla el Atlético. El técnico argentino se puso melodramático. “Veo difícil que Diego Costa pueda jugar mañana”, apuntó a las cámaras de ‘TVE’. Una concesión del Cholo a 24 horas del choque, Suena raro. Lo habitual es no dar pistas al rival. Una lesión de tu referencia, estrella o jugador franquicia en la víspera de un choque tan trascendental debe ser un secreto de estado y no airearlo de forma gratuita. Y encima, por el gran jefe. Escepticismo ante la licencia del argentino con la canallesca. Me suena a guerra sicológica.

“Diego Costa tiene dificultades para jugar”, dijo en octubre pasado en la víspera del choque ante el Austria de Viena, En aquella ocasión, el delantero no saltó al césped. Se quedó en el vestuario vienés trabajando con los fisios para recuperarle de la inflamación que tenía en su tobillo derecho. Al día siguiente, el hispano brasileño formó parte del once y anotó dos de los tres goles colchoneros. No me extrañaría que el argentino copiase este suceso y lo trasladase hoy al Camp Nou. Por su carácter su Por un gen maniático que le envuelve. Diego Pablo es una persona que se deja llevar por sus corazonadas. Vaticinó la victoria copera ante el Madrid viendo unos días antes el gesto de Fernando Torres haciendo el arquero en la celebración  de su gol, imitando a Kiko, en la final de la Europa League entre el Chelsea y el Sporting de Portugal.

Lo de ayer del Cholo me suena a treta. Una forma de tener desconcertado y pendiente de un hilo al todopoderoso Barça. Quizá con Guardiola no hubiese funcionado, pero Simeone conoce mejor que nadie al ‘Tata’. A lo mejor, el rosarino sí que le dado vueltas con la almohada la posible ausencia del killer colchonero. El Cholo, el gran jefe indio, se ha pasado toda la temporada con su teoría de la distracción. Con su famoso “partido a partido”. Ha pasado la pelota a Barça y Real Madrid, a los que les metió un plus de desgasten, y ha tenido al Atlético desviado de lolos focos. Una pose de fuera para dentro. En la caseta se ha hartado de motivar a los suyos. De no dejarles que se vinieran arriba tras una sonada victoria. “Lo mejor está por llegar”, les ha comentado.  También, para el recuerdo, sus aspavientos en el partido ante el Valencia reclamando desde el banquillo a sus jugadores, tras el 3-0, con enérgicos aspavientos, el cuarto gol que les podía poner como líderes a mediados de diciembre.

Simeone, como buen argentino, posee un buen verbo. No empalaga ni  adorna su discurso como el de Valdano. Aquí también se distingue el menottismo con el bilardismo. Unos, apuestan por el fútbol bonito y un discurso grandilocuente y recargado. Los otros, por el resultado ante todo y un lenguaje directo, llano y comedido. Si hay que dorarle la píldora a los rivales, se hace. Es lo que ha hecho el Cholo, que no se ha cortado  a la hora de regalarle adjetivos a culés y merengues con el fin de tener al Atlético en la sombra. Por eso, lo de descartar a Costa me suena a milonga. A treta. A farol. Durante unas horas ha tenido pendiente al rival. Un nuevo capítulo de la teoría de la distracción del argentino. Le ha funcionado la fórmula a lo largo de la temporada. Y el Camp Nou no va a ser una excepción.

Nadie duda  de las molestias que arrastra el delantero, que está acusando la exigencia del calendario y la intensidad que mete en cada partido, lo cual le puede empezar a pasar factura. Los fisios colchoneros han trabajado a destajo en las últimas horas para que su estrella esté esta noche en el Camp Nou. En el seno del equipo se apuesta que estará en el once. El partido es de lo que a nadie le gusta perderse. Costa es el doble del Cholo en el verde. El ariete representa el espíritu guerrero e inconformista del ahora inquilino del banquillo del Calderón. Pero si no lo estuviera, tampoco hay que dramatizar. Los números le han salido a los colchoneros. Cinco partidos sin su concurso con tres victorias, un empate y una derrota. El borrón fue contra el Madrid en la vuelta de las semifinales de Copa. Una cita intranscendente tras el 3-0 en la ida.  Vamos, que sin Diego Costa hay también paraíso. Y para suplirle está David Villa. Más morbo para esta noche. ‘El Guaje’ necesita reivindicarse en este último tramo de la temporada. El Mundial está a la vuelta de la esquina y a día de hoy no tiene billete para el vuelo a Brasil.

Francisco J. Molina Quirós

 

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