¿Y ahora qué? Se preguntarán muchos. Será el momento de ver si el ministro de Justicia, el pseudoprogre Albeto Ruiz-Gallardón, cumple de una vez alguna de sus promesas y dimite, una vez que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha confirmado este martes la retirada del anteproyecto de Ley Orgánica de Protección del Concebido y los Derechos de la Embarazada redactado por el Ministerio de Justicia, por no haber encontrado el consenso suficiente para sacarlo adelante.
En su lugar, ha anunciado que el Ejecutivo reformará la actual normativa para asegurar que las menores de 16 y 17 años necesitan del consentimiento paterno para interrumpir su embarazo y apostará por un Plan de Protección de la Familia que verá la luz, según ha dicho, antes de finales de año.
El jefe del Ejecutivo ha hecho este anuncio en declaraciones a los medios tras participar en el Congreso Mundial de Relaciones Públicas que se celebra en Madrid.
Desde que Gallardón accedió a la alcaldía de Madrid no ha hecho más que mostrar su verdadero talante y su desastrosa gestión. Huyó del municipio madrileño cuando aseguró que nunca abandonaría la alcaldía, en su lugar dejó a la ínclita Botella con un regalo envenenado, el municipio endeudado por cien años. Además duplicó todos los cargos para llevar a sus acólitos.
Una vez fue nombrado ministro de Justicia ¿Cuál es su balance? Incremento de las tasas judiciales, para que los menos pudientes no puedan recurrir, desaparición de la Justicia Universal, para que sus amigos los chinos no pudieran ser juzgados –con las consecuencias de dejar en libertad a narcotraficantes- y un apoyo impensable hace algunos años a la derecha más recalcitrante, encabezada por el Opus Dei.
Ese es a grandes rasgos el balance del ‘simpático’ Gallardón que, por cierto, no predica con el ejemplo. Sí, mucha familia, pero en todo Madrid se conocen sus devaneos de faldas, lo que sucede que nadie se atreve a contarlo.