A priori, sonaba bien la unión entre UPyD y Ciudadanos. Una propuesta para luchar con el bipartidismo de PP y PSOE y el populismo de Podemos. La tercera vía. Un nuevo camino situado en el centro. Otra visión en el mapa político. Otra alternativa para el electorado cansado de los mismos proyectos. De los corruptos de unos y otros. Esa es la ventaja que tienen UPyD y Ciudadanos. No tienen a ningún integrante bajo sospecha.
Y encima sus dos líderes, Rosa Díez y Albert Rivera, están bien vistos por la ciudadanía. Dos políticos valientes, con buen verbo e interesantes iniciativas. y con futuro, mucho futuro. Con un gran potencial de poder decir mucho en el panorama político español. Dos referencias que pueden tener su espacio viendo el desgaste de los líderes de las otras formaciones. Ambos tienen en común el haber luchado contra viento y mareo con los nacionalismos.
Una pena que no hayan llegado a un acuerdo para unirse. Nos quedamos sin abrir la ventana y recibir un soplo de aire fresco. Una lástima que no se hubiese logrado un consenso. No pudo concretarse la fusión de los dos partidos que hubiera sido todo un estímulo en la regeneración de la política española y un nuevo caso de la unión y amalgama de varias tendencias y pensamientos en una misma formación. En su día ocurrió en UCP, PSOE o AP (Alianza Popular). La unión entre UPyD-Ciudadanos no se gestó. Nos quedamos sin la tercera vía.
Cuatro reuniones han tenido ambas formaciones y la cuerda se rompió. Desde Ciudadanos se insiste en que las disensiones llegaron por el tema de los estatutos, reglamentos. O sea, temas internos. ‘Pecata minuta’. Suena a excusa por parte del partido que lidera Rosa Díez. No convence que se rompiera la unión por formalismos. Por temas de organización. No parecía muy convencida ella por la unión y todo hace indicar que ha querido cubrir el expediente, hacer el numerito y limpiar su reputación tras las críticas realizadas en su día por el Sosa Wagner, eurodiputado por el partido morado, y que posteriormente dimitió, al tildar de autoritarismo y sectarismo a la dirección de la formación tras proponer un pacto con Ciudadanos.
Mejor sumar que restar. Una lástima que todo se haya acabado por el tema de los estatutos. Lo ideal hubiese sido que hubieran cogido lo mejor de cada programa y unificarlo. Y partir desde cero. Ahora, cada uno irá por separado. Lograrán un puñado de votos. Obtendrán algunos escaños, pero una cuota reducida en proporción si lo hubiesen hecho juntos. Una candidatura única les hubiera dado más fuerza y mayor intención de votos por el desencanto y fractura que tienen los electores del PP. Veremos si esta decisión pasa factura a UPyD y que se produzca un trasvase de votos para la formación que lidera Albert Rivera.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.