Que vergüenza de Comunidad de Madrid. Tanto hablar de ayudas a las familias y a quienes más lo necesitan les ponen unos baremos para acceder a las ayudas a los textos escolares que o vives debajo de un puente o nunca llegarás a obtenerlas.
Según una nota oficial de la Comunidad, los criterios tenidos en cuenta por la Consejería de Educación, Juventud y Deporte para la distribución del crédito del programa entre los centros docentes sostenidos con fondos públicos han sido: familias perceptoras de la Renta Mínima de Inserción, familias en situación de intervención social por los Servicios Sociales, alumnos tutelados por la Comunidad de Madrid y las valoraciones de la situación familiar de los alumnos obtenidas en precedentes convocatorias de becas y ayudas a la educación basadas en criterios socioeconómicos.
Lo dicho, que las familias con más de un hijo que tienen un sueldo normalito con el que difícilmente pueden llegar a fin de mes volverán a quedarse con un palmo de narices a la hora de poder acceder a estas ayudas.
En los últimos años el problema se había podido solventar gracias a las AMPA y su sistema de préstamos de libros de unos cursos a otros. Pero es que ya ni eso va a servir, primero porque entra en vigor la desastrosa Lomce del amadísimo Wert. Segundo porque en los centros bilingües (ese sistema del que tanto presumen y que está provocando analfabetos en dos idiomas; sí con mucho inglés pero sin saber dónde está La Coruña o quien fue Rescesvinto) los libros tampoco sirven de un año para otro porque los del año anterior lo han cursado todo en español.
De esta forma sólo aquellos que hacen trampas (que haberlos haylos) o quienes no tienen ni siquiera para comer (esta sería siempre la primera necesidad y no se puede tolerar que haya familias en esta situación) podrán acceder a las ayudas para libros. Viva la cultura, viva las facilidades para estudiar, luego se quejan de que los estudiantes son muy malos y que hay mucho fracaso escolar.
El Partido Popular ha demostrado durante muchos años que la Cultura para todos no va con ellos. Quien quiera cultura que la pague y si no que se joda, como dijo la diputada Fabra con respecto a los parados.
Pero ahí no queda la cosa. Las ayudas a los centros concertados, que al final salen por un pico a los padres por aquello del donativo voluntario, material o extraescolares, en detrimento de la pública se plasma cuando hay padres que quieren cambiar a sus hijos a centros públicos y no tienen plaza. Al final, resignados, tienen que volver a los centros concertados. Eso es libertad de elección, para el que pueda pagarlo.
Ahora llegan las elecciones, que la gente valore y compare con otras autonomías y países y que se dé cuenta de cómo estamos en Madrid.
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.