Ya son tres responsables de Sanidad del PP que han pasado con más pena que gloria en la presente legislatura. En este 2014. Dos de ellos en apenas ocho días: Ana Mato y Javier Rodríguez. Ambos puestos en el ojo de huracán por el ‘caso Ébola’. Todo las críticas se cebaron con ambos tras su gestión en este asunto, pero sus jefes, les mantuvieron en el cargo. A la ministra de Sanidad, se la vio superada. Quizás, tenía la cabeza ante lo que se le avecinaba: ser llamada a declarar por el juez Ruz en el ‘caso Gürtel’. Incapaz de tomar las riendas, Rajoy la apartó y puso a Soraya Sáenz de Santamaría al frente de las operaciones y para arreglar el desaguisado.
El segundo, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Un prestigioso cirujano que seguro que se ganó su crédito con el bisturí, pero como político, sufrió una incontinencia verbal preocupante. Cada vez que abría la boca subía el pan. Y la última vez que lo hizo, al referirse nuevamente a la enfermera Teresa Romero, la volvió a liar, lo que llevó a Ignacio González, presidente de la CAM, a enseñarle la puerta de salida. 11 meses después.
Javier González accedió al cargo de consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid en enero pasado al sustituir a otro Javier. A Fernández Lasquettty, impulsor de la privatización de la Sanidad pública madrileña, pero su sueño se quedó en un limbo y presentó su dimisión. Su sustituto tenía la función de portavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid. Como orador en la tribuna desconozco sus dotes, pero cuando veía una alcachofa (como se conoce popularmente a los micrófonos de las emisoras de radio) y si Teresa Romero era la cuestión a responder, mostraba públicamente su incontinencia verbal.
Los políticos llamados Javier salen como setas en la política. Casi 30 años después, uno entiende a Pablo Carbonell, líder de ‘Los Toreros Muertos’ cuando compuso ‘Yo no me llamo Javier’. Que conste que él no se dirigía a ellos. Y como no hay dos sin tres, otro Javier salta a la palestra en la cartera de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Se apellida Maldonado. También, cirujano. Hasta su nombramiento su cargo era de viceconsejero de Asistencia Sanitaria.
A las dos salidas de Mato y Rodríguez hay que sumar una más. La de Pilar Farjas, a la que muchos ponían en primera posición en las quinielas para ser la nueva ministra de Sanidad al ocupar el cargo en la Secretaría de Sanidad y Consumo. Finalmente, Rayoy se decantó por Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso, y Farjas, mediante una carta presentó su dimisión para volver a su Galicia natal. Está visto que la Sanidad perjudica gravemente al PP.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.