A la quinta fue la vencida. Es decir, la quinta noche de protestas en el barrio de Sants por el desalojo y derribo del edificio ‘okupado’ de Can Vies se ha zanjado sin incidentes por primera vez en la semana, después de cuatro jornadas de altercados que han dejado un balance de 61 detenidos, desperfectos por valor de 171.000 euros y decenas de heridos.
Todo ciudadano que no vive en Barcelona se ha enterado de donde está este barrio y que los ‘okupas’ han hecho muy buenas migas con los vecinos, supongo que con la mayoría no con todos, durante 17 años. Pero lo han hecho a costa de salir en todos los informativos por manifestarse de forma violenta cuando llegaban las últimas horas del día, con quemas de contenedores y roturas de escaparates y mobiliario urbano, vaya, lo que todos conocemos como antisistema.
Y es conveniente separar estas dos cuestiones, porque hay muchas asociaciones, sí alternativas, de jóvenes que están haciendo muchas cosas en muchos barrios de España -¿Qué pasa, que visten diferente? ¿Que escuchan música rara?¿Que montan alguna fiesta y se fuman algún porro? ¿Y qué?– y que con el paso del tiempo los propios vecinos que en un principio les recibieron de uñas ahora les defienden, pero que tienen la mala suerte de que cuando hay algún problema se ve infectada de los que se denominan así mismos antisistema y que yo llamo antisistema de pacotilla.
La policía ha demostrado que este grupo de antisistema de pacotilla es multinacional, vamos que está compuesta por elementos de varios países, sobre todo de franceses, que son los más activos, y que se desplazan y se infiltran en aquellas asociaciones donde detectan que puede haber un conflicto con la autoridad para, con la impunidad de la manada, reventar manifestaciones y destrozar todo a su paso. Ese es el ‘leit motiv’ de su existencia.
Todos hemos sido jóvenes, algunos más gamberros que otros, pero que estos antisistema se declaren anarquistas, o con cualquier otra ideología política, y dicen querer acabar con el poder establecido. Yo no me lo creo.
Con la cantidad de cosas, de sufrimiento, que estamos padeciendo en nuestra sociedad –paro, corrupción, especulación, pérdida de derechos sociales, etc- ¿van a venir ahora estos mindundis a decir que son antisistema? Son gilipollas, que lo único que quieren es montar bronca para divertirse, salir en los informativos, joder a los chavales que están haciendo cosas progresistas y alternativas.
Un verdadero antisistema da la cara, no se esconde en la manada, lucha por cambiar las cosas importantes de la vida, es decir intentar ‘reventar’ de verdad el sistema en el que vivimos, y no montan broncas por el desalojo de una casa.
Desde aquí propongo a esos jóvenes de casas ‘okupadas’, la mayoría abandonadas por grandes entidades financieras, que están haciendo una gran labor, que sean los antisistema de los antisistema, porque esto huele a complot, por no decir mafia, internacional y a saber qué es lo que están manejando por debajo.
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.
Mira Jose Luis, escribo con meses de retraso pero no sin conocimiento de causa. Demuestras un enorme desconocimiento de los hechos. En primer lugar en Barcelona brillan por su ausencia los «antisistema» franceses. En segundo lugar, «antisistema» quiere decir sólamente eso: contra este sistema. Sé que los grandes medios han contaminado enormemente la palabra y que nadie escapa a ello, pero que tu digas eso precisamente…
Más antisistema que los causantes de la triste situación actual de gran parte de tus compañeros de profesión…
La violencia es triste. En eso estamos de acuerdo. Pero hay que plantearse qué es la violencia. Porque si hay un centro social desde hace 17 años y se tira abajo: ES VIOLENCIA. Y en cualquier mente cabe la lógica de «si me pegan me defiendo». Pues eso. Se ha demostrado tanto en Barna como en Gamonal que la única respuesta posible ante los actos violentos es hacer causa común para defenderlos. Ojo, la violencia gratuita es un desastre. Pero hay que defenderse de los que día a día nos violentan con su sistema.
De regalo te recomiendo que escuches la canción «Somos violencia» de El Último Ke Zierre, resume muy bien todo esto.
Un saludo.