Peter Lim
Peter Lim sigue mareando la perdiz y en el Valencia le doran la píldora. La compra del Valencia lleva ultimada hace tiempo, pero aún no está concretada. Le han dejado hacerle lo que le venga en gana sin haberse aún hecho con el control del club. El empresario singapurense lleva ya un tiempo potajeando, tomando decisiones, pero sigue sin soltar la pasta. En la capital del Turia han visto en él a una especie de Míster Marshall. Mucho cuidado. Tan pronto ha llegado como puede irse. Identidad con el club, cero. Solo es cuestión de rentabilidad. Al personaje solo le mueve el olfato de hacer negocio. Que se sepa nunca fue socio ni aficionado del Valencia. Seguro que la paella y las Fallas es lo que conocía de la ciudad. Somos mayorcitos. Estaba como loco por meterse en un club español. Nada de caretas. Que nadie se lleve luego un berrinche o una decepción. Viene a lo que viene. Y cuando se aburra o los números no le salgan. Adiós y muy buenas.
Prometió una serie de fichajes de campanillas. De momento, a instancias suyas se le rescindió el contrato a Juan Antonio Pizzi, al que le quedaba un año tras llegar a mediados del pasado curso en plan bombero para sustituir a Djukic. En su lugar ha llegado Nuno Espirito Santo. Nada tiene que ver con el banco portugués. Se trata del ex guardameta del Mérida, Osasuna y Deportivo que estaba dirigiendo al Rio Ave. El hecho que sea un representado de Jorge Mendes, gran amigo de Lim, le ha abierto las puertas del Valencia. Nuno ha tenido un padrino que le abriera las puertas y ahora a él le toca demostrar su valía.
El Valencia juega con fuego. Lim tiene en mente traerse jugadores de su propiedad. André Gomes ha sido el primero. Rodrigo, al que también pretende el Atlético puede ser el segundo. Son futbolistas que pertenecen a un fondo de inversiones. Hoy están aquí y mañana quién sabe. No son propiedad del club en cuestión. Al Atlético le pasó con Falcao o Diego Costa. Juegan donde se les apunta, se les recomienda, se les dice, se les impone. El Valencia corre el riego de ser un decorado. Hoy se monta y mañana puede desmontarse.
