La bandera arcoíris preside las sedes del Ayuntamiento y la Comunidad desde el pasado domingo, el barrio de Chueca es un hervidero de personas disfrazadas, tal si fuera un Carnaval, los hosteleros y comerciantes de la zona quieren hacer su agosto en julio y Madrid es el foco de tracción de todo el mundo.
Sí, todo eso y más es lo que parece esta nueva celebración del Orgullo Gay en Madrid, donde se esperan que los beneficios en la capital asciendan a unos 150 millones de euros. Ya se sabe, el colectivo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) suelen tener un gran poder adquisitivo y durante estos días ‘tiran la casa por la ventana’ y no reparan en gastos. Los políticos no dudan en volcarse, como la nueva alcaldesa, Manuela Carmena quien ha asegurado que luchará por convertir el Orgullo “en el nuevo San Isidro”, y el líder socialista, Pedro Sánchez, quien ha acudido el pasado miércoles al pregón en la Plaza de Chueca para dar el pistoletazo de salida. Pero antes, también Ana Botella o incluso Gallardón apoyaron, aunque con algunas restricciones, estas jornadas festivas.
No hay color político, por esa parte, el Colectivo LGTB sí ha logrado su objetivo, todos están juntos en esta historia, pero cabría preguntar ¿Es realmente por el apoyo al Colectivo o simplemente por el impacto económico sobre la ciudad? Ne temo que muchos políticos y personas ‘Tragan’ simplemente por lo segundo.
Porque ser homosexual, lesbiana o transexual en España sigue siendo todavía un problema; es ser un bicho raro. El día a día, la normalidad, no se ha conseguido, aunque se celebren diez año de matrimonios homosexuales, aunque todos los medios y la capital se vuelquen en esta celebración, aunque a todo el mundo les parezca que es muy divertido, a partir de lunes ¿qué? Otra vez a la triste realidad.
Me comentaba un amigo que todos los homosexuales suelen declararse de izquierdas y ateos y yo le contestaba que qué equivocado estaba. En mi carrera profesional como periodista he conocido más homosexuales con cargos en la Administración del PP que del PSOE o IU, además la mayoría de ellos fervientes católicos e incluso fanáticos de la Virgen. Sí de verdad, lo que pasa es que no se atreven todavía hoy a ‘salir del armario’ (que expresión tan casposa, pero cierta).
Hasta que esta situación no se normalice no tenemos nada que celebrar. A mí por la calle nadie me pregunta si me acuesto con un hombre o con una mujer y eso debería ser lo normal. Lo extraordinario, lo impensable, lo incongruente es lo contrario, la discriminación por orientación sexual, pero ya sabemos que hay muchas personas en el poder que predican una cosa y hacen la contraria.
La fiesta del Orgullo Gay debería ser sólo eso, una fiesta, donde se manifiestan con excesos (como señalaba antes, como en los Carnavales) una postura ante la vida. Hay muchos homosexuales que tienen una vida normal y corriente y no le van a ver a lo Freddy Mercuri por las calles de Madrid, porque ser homosexual debería ser tan normal como ser heterosexual y no tener que hacer gala de ello ni sacar pecho. Hasta que no se llegue a ese punto, lo único que me parece que son estas jornadas en Madrid son un puro negocio, donde en vez de sacar lo mejor del LGTB se muestra lo peor.
Que lejos queda la noche del 28 de junio de 1969 donde la policía de Nueva York practicó una histórica redada en uno de los por entonces escasos bares de ambiente de la ciudad de los rascacielos: el Stonnewall Inn. Las personas que se hallaban en el local opusieron resistencia, lo que representó el comienzo de una auténtica batalla campal en el barrio que se saldaría al cabo de tres días con una persona muerta y varias heridas. Esos sí que eran héroes de los derechos civiles; hoy día creo que muy pocas personas que se acercan a esta fiesta saben cómo se originó y mucho menos tendrían su valor.
Por desgracia, tengo la impresión de que si en vez del Colectivo Gay fuera otra organización de cualquier tipo la que atrajera grandes ingresos a la capital, el apoyo político-institucional sería el mismo.
La integración, el respeto, la tolerancia y demás valores se consiguen día a día, la fiesta, el cachondeo y el negocio son otra cosa.
Dicho lo dicho, ¡Viva la fiesta!
José Luis García Jiménez
PD. Gracias Pedro Zerolo por las charlas que mantuvimos durante tantos años.