Harto, cansado, hastiado, abochornado son algunos de los calificativos para mostrar el estado en el que me encuentro tras ver y escuchar los programas deportivos que se han puesto de moda tanto en la televisión como en la radio.
¡Que daño han hecho programas como Sálvame al periodismo! Cuándo se van enterar los chupópteros –genial por siempre José María García- que el periodista es el mero transmisor de la noticia, nunca el protagonista. ¿Para eso existen las facultades de periodismo?
Ya ha comenzado la batalla televisiva deportiva para noctámbulos donde las cadenas han descubierto que es más fácil hacer radio en televisión que la propia televisión. Igual que la infame programación de Telecinco hace con sus pseudofamosos, lo único de lo que se trata es de reunir en un plató a los otrora profesionales del periodismo para que se conviertan en frikis y se peguen dialécticamente con los argumentos más peregrinos.
El camino lo inició Josep Pedrerol con su ‘Punto Pelota’. Gran mérito el suyo, porque durante mucho tiempo estuvo aguantando, junto a todo su equipo, una situación dantesca sin cobrar en una cadena como Intereconomía. Normal. Cuando no tienes sitio en una redacción de prestigio o se te ocurre una idea genial – y él la tuvo, hay que reconocerlo- o no tienes sitio. Porque Pedrerol, que se dio a conocer al gran público en los primeros años de Canal Plus cuando hacía las entrevistas a los presidentes y personalidades en los palcos de los estadios, siempre la persiguió el tufillo de estar colocado ahí por ser hijo de un antiguo presidente del Español –perdón, hoy día Espanyol- de Barcelona. Salió con mal pie de la cadena de Prisa y durante muchos años estuvo deambulando hasta que dio con la tecla. Después, el no parar. Es cierto que trabaja y le echa más horas que nadie en el mundo. Primero pasó a la desaparecida Nitro –de ahí la fama de que vaya cerrando cadenas-, luego lo compaginó con el informativo de mediodía de La Sexta, donde recayó su programa nocturno tras rebautizarse como El Chiringuito, y esta temporada ha comenzado en Neox.
El formato sigue invariable, una serie de periodistas, cada cual defendiendo unos colores y unas charlas absurdas, enroscadas, sin fundamento, soltando lo que a cada uno le pasa por la imaginación. Menos más que ha tenido la habilidad de, por lo menos, tener como invitados algunos exfutbolistas o representantes que sí ofrecen algo, que aportan una visión distinta, pero los periodistas, por llamarlos de alguna forma, dejan escapar por todos sus poros el poco prestigio que les quedaba.
Pero como el refranero castellano es muy rico para describir las situaciones más inverosímiles, si no quieres caldo, toma dos tazas, y ahí apareció su competencia. Primero en la ya desaparecida Marca TV, luego, cuando se hizo con la riendas de programa Enrique Marqués en Energy, con el Tiky-Taka –hay Andrés Montes si siguieras vivo lo que te deberían tantos compañeros-, y ahora en 13TV bajo el título de La Goleada, ya que la cadena de la Conferencia Episcopal no sabe qué hacer para ganar audiencia.
El formato sigue siendo el mismo, ni siquiera los invitados, periodistas dicen, han cambiado, se ha producido alguna incorporación, pero que pronto se han sumado al juego de las descalificaciones y de la bufanda.
¡Qué barato es hacer televisión así! La producción es mínima, la elaboración o guiones imperceptibles, los reportajes o vídeos demenciales en la mayoría de los casos. La repetición y reiteración cansa al más pintado, con tal de llenar dos horas y media de programación diaria.
Yo me acuerdo de tantos y tantos compañeros en las redacciones de la mayoría de los medios, muchos de ellos anónimos para el gran público, que hacen una labor estupenda, de periodistas de verdad, que están sufriendo la crisis, con despidos masivos, que le trabajan jornadas interminables –el que puede o le dejan- que buscan noticias de verdad, que hacen reportajes, entrevistas o análisis rigurosos, y que tienen que ver cómo compañeros nuestros, con contratos en vigor en otros medios, se ‘venden’ por un puñado de euros para ser los bufones de la noche.
Así no va a los periodistas, luego queremos respeto para nosotros y para nuestra profesión, pero somos los primeros que no nos respetamos. Y lo peor no está ahí, sino que en otros ámbitos como la política o los sucesos cunde el ejemplo, como los cascabeles, los gatos, las tertulias vespertinas….
Como diría Forges: País.
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.