Arturo Fernández, un ídolo para los empresarios

Qué tiempos aquellos en los que nos echábamos las manos a la cabeza cuando mirábamos a los países de Hispanoamérica y les llamábamos despectivamente ‘repúblicas bananeras’ por la alta corrupción que había en todos sus estamentos.

¿Ahora qué tenemos que decir de España? Pues que es una ‘monarquía bananera constitucional’, como mínimo.

La corrupción no sólo está presente en la oligarquía política, sino que es retroalimentada por los dirigentes empresariales.

¿La muestra? Gerardo Díaz Ferrán y Arturo Fernández.

Los buenos tiempos de Díaz Ferrán y Arturo Fernández.

Los buenos tiempos de Díaz Ferrán y Arturo Fernández.

Un monumento es lo que van a hacer los grandes empresarios a estos dos elementos. Son sus ídolos, por eso los catapultaron a lo más alto de la Confederación Española de Organizaciones empresariales (CEOE) y a la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM).

Por lo menos el primero, que se permitió el lujo de decir cuando era presidente de la CEOE que “lamentablemente hay que trabajar más y cobrar menos”, ya está en la cárcel y sigue perdiendo cuantas causas tienen pendiente con la justicia.

El segundo, es incomprensible que se mantenga al frente del empresariado madrileño y vicepresidente del nacional con los escándalos que ha protagonizado.

Porque no sólo es el caso de las tarjetas ‘B’, sino que hace unos meses se descubrió que tenía empleados a los que no había pagado su cotización a la Seguridad Social o que los supuestos concursos para la adjudicación de restaurantes en instituciones como el propio Parlamento olían muy mal.

No pasa nada, son el ideal para el empresario, no pagan como es debido a sus trabajadores, les explotan, viven de concesiones aprobadas por sus amigos los políticos, se gastan el dinero de los demás y todavía dan lecciones morales.

“Estos tíos son grandes, yo quiero ser como ellos”, diría cualquier empresario español. Por eso no es de extrañar que  el propio Juan Rosell, presidente de la CEOE, siga contando con Arturo Fernández y que éste diga que espera que sus compañeros de la CEIM le den un «voto de confianza» para terminar los proyectos iniciados hace seis meses (los estatutos de régimen interno y el código ético nada menos).

Además lo señala con ese tono de voz chulesco que Dios le ha dado.

¿Qué estará pensando en estos momentos Hilario Alfaro? Recordemos que en marzo hubo elecciones a la CEIM y que fue el contrincante de Arturo Fernández. El segundo ganó por goleada, mientras que el primero quería regenerar la asociación. Alfaro ya ha comentado a sus más íntimos que no volverá a presentarse en unas circunstancias similares, que basta ya de hacer El Quijote contra una organización que huele mal allá por donde la mires.

Y es que toque lo que toque, Arturo Fernández parece el Rey Midas de la podredumbre y la corrupción. El último caso conocido es que gastó 3.894 euros del bolsillo de la patronal para viajar a todo lujo al Congreso del Partido Popular Europeo en Marsella durante un fin de semana de diciembre de 2011. Pero no sólo él, sino que viajó acompañado de Lourdes Cavero, vicepresidenta de la CEIM por aquella época y esposa del actual presidente regional Ignacio González.

Ven como todos los que están en el poder político-económico siempre son los mismos.

La regeneración española no comienza únicamente en la denominada clase política, sino que debe iniciarse en la clase empresarial y banquera, que son los que verdaderamente mueven los hilos.

Por favor señor Fernández, váyase, váyase (les suena esta frase…) que los españolitos de a pie no soportamos más que nos tomen el pelo, nos roben y encima se rían de nosotros.

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