El juego de Putin no ha hecho más que comenzar

Putin2Estamos en pleno siglo XXI, aunque a algunos les parezca mentira y sigan viviendo en el ya añejo siglo XX, y, por desgracia, la Historia vuelve a repetirse, con distintos variantes, esperemos que sin un genocidio, pero al igual que sucedió en la primera mitad del siglo XX hay una lucha fratricida por hacerse con el control de Europa. Antaño los dirigentes fueron tan salvajes que sacaron los ejércitos a las calles y provocaron dos guerras mundiales y una llamada con eufemismo fría, ahora, por el momento no, el campo de batalla son las finanzas, es la economía.

Europa vuelve a partirse, a enfrentarse. Por una parte está la Unión europea, con su líder a la cabeza, Angela Merkel, y por otra la zona de influencia rusa, con Vladimir Putin al frente.

Ya no hay duda de que estos dos personajes están jugando en un tablero de ajedrez con las armas que tienen a su disposición. La alemana con la bandera de la democracia, de los derechos individuales y la incorporación al mundo occidental y el Estado de Bienestar, y el ruso con su, como llamarlo, salvajismo liberal-económico, con sus grandes recursos naturales y con la promesa de que con ellos se harán todos ricos.

Entre medias, el primer gran afectado, Ucrania, que está viendo una división interna, con caída de presidente y segregación de un territorio incluida, y que ahora se le quiere ahogar económicamente con el corte del suministro de gas procedente de Rusia.

Pero no nos engañemos, no es Ucrania a quien quiere atemorizar el Kremlin, sino que es la pieza que quiere sacrificar el exdirector de la KGB para demostrar a Bruselas que los próximos serán ellos.

¿El detonante? La deuda que mantiene Kiev de más de 2.200 millones de dólares con Gazprom por el suministro de gas. Putin ha solicitado urgentemente a la Unión Europea una reunión para solucionar el problema, ya que de otra forma cortará el suministro no sólo a la pobre Ucrania, sino que se verán afectados otros países como: Alemania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Hungría, Italia, Macedonia, Moldavia, República Checa, Rumania, Serbia y Turquía.

Ahora le toca mover pieza a Merkel, cabeza indiscutible de la UE –el resto de los países a callar y a obedecer porque de otra manera se producirían más recortes sociales- en este juego económico-político que a algunos nos suena tan rancio, tan repetitivo y que sabemos que sólo acabará de una manera: con el pueblo europeo sufriendo las consecuencias.

La moneda está echada, veremos por donde se mueve la jugada y los sacrificados en el tablero de ajedrez, pero lo que está claro es que los dos grandes tiburones vuelven a jugar con millones de personas.

¿Y Estados Unidos? Bien gracias. Celebrando el 50 aniversario de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles. Obama no se quiere mojar, prefiere seguir pasando a la historia como el primer negro –perdón, afroamericano- que ha ocupado el Despacho Oval de la Casa blanca y no hacer mucho ruido, porque allí donde ha querido intervenir ha fracasados rotundamente. Con lo fácil que lo tenía tras el desastre del cowboy Geroge Bush, con las expectativas y esperanzas que levantó, ya no entre el pueblo estadounidense, sino en todo el mundo, no ha conseguido ningún acuerdo de relevancia internacional y en el plano interno ha fracasado en su reforma educativa, sanitaria y migratoria. ‘Yo ya no estoy para estos trotes, para lo que me queda’, da la impresión que debe pensar Obama, así que nadie espere que me vaya a enfrentar al gigante ruso.

Esta debilidad entre los antaño aliados, es lo que parece que ha envalentonado a Putin y por lo que parece que ha lanzado esta primera ofensiva por Ucrania, pero, seguramente, no será más que la punta de lanza.

About José Luis García

Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.

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