El amistoso de Varsovia dejó clara tres cosas. Una, que Di María no debe salir del Real Madrid. Dos, la llegada de James Rodríguez en este curso no tiene ningún sentido. Tres, el cuadro blanco ha hecho el primo pagando 70 millones, más 10 por objetivos por su fichaje. Ese el problema que va a tener el chico. Se le va a exigir que demuestre que los vale. De momento, un partido y medio y nada de nada. Ni un detalle, ni una licencia. Ancelotti va a tener un problema si Di María se acabara quedándose. James Rodríguez sería carne de suplencia. ¿Se imaginan la cara de Florentino viendo a su fichaje mediático y millonario en el banquillo?
En Varsovia se vio que no hay color entre el argentino y el colombiano. El primero es una realidad. El segundo, un proyecto. Lo de la faceta goleadora de James en el Mundial fue un espejismo. No es un goleador. Su fichaje fue un impulso. Un capricho. Se quiere justificar que se realizó para cubrirse las espaldas ante la posible marcha del argentino. Seamos realistas. Ningún equipo en su sano juicio estaba dispuesto a poner 70 millones de entrada por James. Como que hay contados clubes que pueden pagar 50 kilos y abonarle al argentino lo que pide.
James no tiene sitio en el Madrid actual. Ancelotti va a tener que buscarle al chico una ubicación. Ante la Fiorentina le probó como ‘9’, pero eso de ser el sustituto de Di María, nada de nada. Es una tomadura de pelo. El chico tiene sus condiciones, pero está a años luz del ‘Fideo’. En Varsovia jugaron juntos 45 minutos. Viéndoles, invirtieron los papeles. El colombiano parecía resignado a su suerte de salir del Madrid. Inhibido, reservado, sin hambre. Alarmante su actitud. James estuvo perdido. Actuó de referencia arriba y hubo momentos en que rotó el puesto con Cristiano Ronaldo. Entró poco en juego. No arriesgó ni trató de inventar cuando entró en contacto con el balón lejos del área. Solo un disparo. Flojito, centrado, lejano. James Rodríguez fue intrascendente. Sus partidarios dirán que no actuó en su puesto, pero seamos realistas. No puede actuar por la derecha porque Di María es mucho mejor. Por eso, Ancelotti debe buscarle un puesto con calzador. Y con Cristiano, Bale, Benzema y el ‘Fideo’ lo tiene crudo.
En cambio, Di María estuvo eléctrico, participativo, hambriento. Como queriendo reivindicarse y demostrar su valía. Fue el referente. Todos le buscaban. El campo se inclinó hacia su lado, el derecho. Puso desborde, centros y una asistencia. Contra mortal blanca llevada por Cristiano y él y su pase lo metió el luso en la jaula. Si se va, el Madrid pierde un puñal, un elemento sorpresa en las contras. James no tiene su punta de velocidad. Además, Di María lo intentó hasta con cuatro disparos que se marcharon fuera y dos que detuvo el meta de la Fiorentina. Y dejó destellos de su calidad: una rabona y una vaselina. Cosa que brilló por su ausencia el colombiano al que le queda de maravilla el uniforme blanco, pero aparte de lucirlo, debe mostrar algo. Que para eso le ficharon.
El fiasco del United en su debut en la Premier en Old Trafford puede suponer que haga una ofensiva por Di María. Veremos lo que pasa. No descarto al Mónaco. Puede haber un punto de encuentro con los blancos. Digan lo que digan, necesita más gol. No puede hipotecarse a Cristiano. Veremos si Jorge Mendes, que aparte del luso y a James representa a Falcao, vuelve a sacarse el conejo de la chistera. Bueno, más que uno, dos. El Madrid debe actuar con inteligencia. Solo faltaría que permitiese la salida del argentino cedido sin sacar ninguna tajada. Por Ancelotti, el argentino no se movería, pero la llegada del colombiano ha sido un regalo envenenado. En los despachos deben resolver el gran problema que tienen. Más que en un jardín se han metido en arenas movedizas. James no tiene sitio en el Madrid actual. Di María es un referente. James, de momento, intrascendente. Tiene mucho que demostrar, pero le han puesto una tara pesada: su elevadísimo coste por su traspaso.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.