Seguro que en Pepsi se están frotando las manos. El último anuncio de Coca Cola le puede beneficiar, y a su competidor, el tiro por la culata. Todo por apostar por un club (el Atlético en este caso) en detrimento de otro, al que no se cita, pero que es obvio saber su identidad: el Real Madrid. Unas semanas antes de la disputa de la final de la Champions ha sido lanzado este spot que se está repitiendo de manera machacona en todas las cadenas televisivas. Un anuncio de minuto y medio que relata el diálogo entre padre e hijo, en el cual, el segundo, a sus 12 años, le confiesa que se ha hecho del Atlético renunciando a los colores del equipo incondicional de la familia. Un cambio motivado por la aparición de una chica que luce la camiseta rojiblanca.

Un anuncio que no ha dejado indiferente a nadie y que puede acarrear consecuencias nefastas para el gigante americano a corto, medio o largo plazo. Las redes sociales y los comentarios de la calle son un buen termómetro para calibrar  el poso y la reacción de  una gran parte de la masa social al respecto de la última campaña de Coca Cola, centrada en este spot. Todo un filón para tratar de entender el comportamiento humano. Los sicólogos y sociólogos tienen material para profundizar. Todo por jugar con unos colores, un escudo, una afición, el amor a un equipo. Y es que a los futboleros no se les puede tocar la fibra. Y parece que este anuncio lo ha hecho. Hay casos, en que los seguidores incondicionales de un equipo lo son hasta con la firma deportiva que equipa a sus colores, por lo que por su cabeza no pasa adquirir un producto de la firma de su máximo rival. La fuerza del fútbol.

Volviendo al anuncio de Coca Cola, historia tierna que se presenta ha calado hondo entre los seguidores rojiblancos, pero ha abierto un debate, una división de opiniones. Por un lado, los hay que están encantados con él. Su Atleti queda por encima del eterno rival.  Es el ganador. Por otro,  hay quien defiende que el adolescente se hace colchonero por una chica y no por un sentimiento. Y los del Madrid han montado en cólera. No les ha sentado verse traicionado por ese chiquillo, y sobre todo, por Coca Cola, la cual a buen seguro les acompaña en los salones de sus casas o en las cafeterías siguiendo un partido de los suyos delante de un televisor.  Hay una buena legión que ha comenzado a proponer boicotear  el consumo de dicho refresco. Unos pueden verlo como una exageración. Un ataque de celos o que tampoco es para tanto. Estamos ante la complejidad del ser humano. Es el riesgo que a veces deben correr las empresas con sus campañas de publicidad, pero también es de agradecer su valentía y derroche de imaginación. Lo que se ha garantizado la presente es el éxito. Ha habido muchos casos de campañas o apuestas publicitarias nefastas. En los 80, la marca Zanussi se convirtió en patrocinador del Real Madrid. El logo de la marca italiana fue lucida en la camiseta del cuadro merengue un par de temporadas. La caída de ventas en Cataluña fue espectacular. Lo que en un primer momento se pensó que le podría abrir puertas y lograr un importante porcentaje en ingresos no fue finalmente así.

A Coca Cola le puede pasar factura ahora. Al posible boicot por parte de los seguidores madridistas se le une el que desde hace meses  se inició desde las redes sociales y que luego fue apoyada el sindicato de la empresa tras anunciar ésta un ERE que dejaría a 12.500 trabajadores en la calle. De ellos, 404 pertenecientes a la planta de Fuenlabrada. “No bebas Coca Cola. Si en Madrid no se fabrica, en Madrid no se bebe” fue su lema. Además, hubo recogida de firmas y una concentración en la Puerta del Sol. No nos imaginamos a los seguidores del Real Madrid haciendo esto. Pero sí, rechazando el refresco de cola en cuestión en un establecimiento o no adquiriéndolo en las grandes superficies. Y es que con el escudo de uno no se juega. Coca Cola deberá entender, que ahora, los seguidores madridistas se hagan de Pepsi. Pero, en su caso, no lo harán por una chica.

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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