A Cristiano Ronaldo le ha perdido su ego

CR7 entreno

Al Real Madrid se le ha desmantelado el tenderete en un mes. Llegó al Clásico con cuatro puntos de ventaja con el Barça y muchos vieron que esa noche la Liga podía vestirse de blanco. Tres días después sus aspiraciones se evaporaron tras caer en el Pizjuán. Pasó de mirar hacia abajo a Atlético y Barça a tener que levantar la mirada. Y a esperar un doble fallo para reengancharse. En Concha Espina priorizaron la temporada en la final de Copa y en la Champions. La lesión de Cristiano Ronaldo ha sacudido con violencia y tambaleado los cimientos del proyecto de Ancelotti.

CR7 sufre una rotura fibrilar, que puede ser de un centímetro, lo que supone que será baja para la final de Mestalla y seria duda para la ida de las semifinales de la Champions. Esta lesión no tiene nada que ver con las molestias rotulianas que venía padeciendo. El calendario, al igual que a Diego Costa, le ha pasado factura. Pero con un matiz. Al portugués le ha perdido su ego. Su voracidad por tratar de ser el mejor. Su pugna con Messi. Tenía entre ceja y ceja batir el récord de Altafini y el argentino, a los que había igualado con 14 dianas, como máximos goleadores en un año en la máxima competición continental.  Su competitividad le ha perdido. CR7 debe mirar más por el Madrid que por él. Una lesión puede llegar en cualquier momento, pero dada la exigencia del calendario hay momentos en que uno debe reservarse. Debe saber a decir ‘no’ en algunos momentos de la temporada. Dejando a un lado sus ambiciones personales. Los títulos que importan son los colectivos. No los individuales.

Pero hay otra lectura. Ancelotti no ha sabido gestionar los minutos de su estrella. Con 3-0 en el marcado  ante el Borussia Dortmund no tenía sentido que siguiera en el campo teniendo en cuenta que había Liga cuatro días después. Y encima, en un campo complicado: Anoeta. Luego, otro capítulo que deja en mal lugar a él y al portugués. No tuvo ningún sentido su viaje a Alemania. El día antes del partido, CR7 sólo estuvo 13 minutos en el césped. Tocó el balón, dio un sprint y se fue al vestuario. Esa misma prueba pudo haberla hecho en Valdebebas el día antes del viaje. Pero no. CR7 tuvo su billete. No jugó. Se sentó en el banquillo, donde aparte verle sufrir por el resultado, se le vio dando sorbos a una bebida en un bote, al que convenientemente había rodeado con esparadrapo para que no se viera la marca en cuestión. Sobró esa imagen. Lo normal es que se hubiese quedado en Madrid pasando unas pruebas, y una vez conocido el diagnóstico, ponerse a trabajar en la recuperación. Se han perdido 48 horas. Un tiempo precioso a estas alturas del curso.

La final de Copa se quedará sin el duelo Messi-Cristiano. El segundo no estará. El primero llega en un momento descafeinado. Su rendimiento ante el Atlético le pone en una encrucijada. ‘La Pulga’ no está para tirar cohetes. Bueno, solo penaltis. Lleva cinco en tres partidos. Pero que no se fíen. Mestalla puede ser un buen escenario para despertar. Por si acaso, a Ancelotti solo le queda visionar los Atlético-Barça de Champions y copiarle la patente al Cholo de cómo anuló a Messi.

Mientras, los blancos deberán buscar un antídoto. Un jugador que supla la baja de CR7. El luso, egocéntrico por naturaleza, se ha caracterizado por echarse el equipo a la espalda. Sus compañeros no se atreven a robarle un ápice de protagonismo. Asumen su rol. Ahora, sin él en la cita en Mestalla, alguno deberá dar un paso adelante. Hagan sus apuestas. Yo no veo a nadie cogiendo el testigo del portugués. Y eso que hay un elenco de estrellas. Sería el momento de que Bale demostrase lo que vale. Bueno, la talegada que pagaron por él.

Francisco J. Molina

 

 

 

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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  1. JIMENA NARVAIZA OTERO abril 11, 2014

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