El Rey Don Juan Carlos formalizó a las 18.13 horas de esta tarde en el Palacio Real el traspaso de la Jefatura del Estado a su hijo Felipe VI. Tras firmar la Ley orgánica de Abdicación, el monarca dio un beso a su esposa la reina Doña Sofía y posteriormente se fundió en un abrazo con su hijo, al que cedió su silla en un gesto cargado de simbolismo. Unos minutos después también besó a sus nietas, Leonor, que se convertirá a partir de esta noche en Princesa de Asturias y su hermana Sofía.
Esto qué significa, ¿Qué hasta que tome posesión Felipe VI somos una república?
Es sólo una ilusión, pero que comparten muchas personas, porque en pleno siglo XXI no se entiende eso de la sucesión consanguínea. Menos en un país como España donde no hay tradición monárquica gracias a los desastrosos Borbones, un cáncer para el pueblo español, no de ahora, sino desde Carlos IV, llamado el cazador –que curioso a que nos recordará- y rematado por Alfonso XIII.
En fin que la ceremonia de la sanción de la abdicación dio comienzo pasadas las seis de la tarde en el Salón de Columnas del Palacio Real. Don Juan Carlos, acompañado por Doña Sofía, el Príncipe, Doña Letizia y las infantas Leonor y Sofía, fueron recibidos en medio de los aplausos de los invitados a la ceremonia. Acto seguido sonó el himno nacional, que todos los presentes escucharon en pié.
Posteriormente, el subsecretario de Presidencia Jaime Pérez Renovales leyó el texto de la Ley de Abdicación, momento en el que Don Juan Carlos ha intercambiado unas palabras cómplices con el todavía Príncipe de Asturias.
Tras la lectura de la ley, el monarca apoyado en su bastón se ha dirigido a la Mesa de las Esfinges del Salón de Columnas para sancionar la norma en virtud de la cual su hijo se convertirá esta medianoche en Felipe VI. Seguidamente ha estampado su firma, con la misma pluma que el monarca, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, refrendando así la norma según contempla el artículo 64 de la Constitución.
Don Juan Carlos y Mariano Rajoy han intercambiado unas palabras durante la sanción de la ley, tras lo cual el Rey ha vuelto a ocupar su puesto, momento en el que ha besado a la Reina y se ha fundido en un abrazo con su hijo al que ha cedido su silla. También las infantas Leonor y Sofía han besado a su abuelo, que ha perdido el equilibrio y se ha visto obligado a apoyarse en una silla.
Acabada la ceremonia, se ha vuelto a escuchar el himno nacional y el Rey ha recibido más de un minuto de aplausos de los asistentes al acto, a los que se ha unido toda su familia. El monarca ha escuchado la ovación emocionado y sonriente, aunque ha hecho esfuerzos para no llorar en una ceremonia con la que concluyen sus 39 años como Rey de España.