Pese a que había mostrado una leve mejoría, el Padre Miguel Pajares Paz falleció a las 9.28 como consecuencia del virus del ébola,. A las tres de la pasada madrugfada, el misionero sugrió una parada cardiorespiratoria. Fue sedado y a primera hora de la malana falleció. Una complicación renal fue la causa del fatal desenlace. El religioso, que fue ingresado el pasado viernes en el Hospital Carlos III, estaba siendo tratado desde hacía unos días con el ZMaap, un medicamento enviado desde Estados Unidos para combatir el ébola y que se había utilizado en pruebas con animales, pero que dio una respuesta positiva en algunos enfermosamericanos a los que se le suministró. En el caso del Padre Pajares no dio resultado.
En 15 días se cifra que esta epidemia puede acabar con la vida de una persona. El padre fue fue repatriado hacía seis días. El ébola ya ha causado la muerte de 1031 personas en África. El padre Pajares es la primera víctima que se cobra en Europa. Por ello, para evitar cualquier brote de contagio las autoridades sanitarias deberán seguir a rajatabla un protocolo específico. En primer lugar, la policía acordonó el hospital prohibiendo su acceso. Mientras, el cuerpo del religioso fue aislado en una caja hermética, para posteriormente, ser incinerado por la Policía Sanitaria Mortuoria Dado que en el Hospital Carlos III no existe un crematorio, los restos del religioso fueron trasladados a uno situado en la localidad madrileña de Villalba tras una reunión que se mantuvo para elegir el lugar donde el cadáver debía ser incinerado y que no será sometido a una autopsia con el fin de evitar la propagación de la enfermedad.
Por otro lado, el protocolo exige la incineración de la ropa y prendas que hayan estado en contacto con el cuerpo del religioso y la limpieza con desinfectantes de la habitación y zonas en el hospital de posible. Las cenizas del Padre se depositarán en el Panteón de la Orden de San Juan de Dios.