El Ayuntamiento de Madrid comienza a reducir la velocidad en varios tramos

Desde el domingo, día 3, la velocidad máxima en la A-42, entre la M-40 y el acceso al intercambiador de la plaza Elíptica pasa de 90 a 70 km/h.

Túnel de entrada a Madrid desde la A-42.

Túnel de entrada a Madrid desde la A-42.

La gestión de la velocidad es una herramienta fundamental para la reducción de la contaminación y el ruido, así como para la mejora de la seguridad vial. Por ello, una de las medidas del  Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la Ciudad de Madrid, (PMUS), aprobado de forma inicial por la Junta de Gobierno el pasado 26 de junio,  es la reducción de velocidad en las vías de acceso a la ciudad (medida 54).

La reducción progresiva de la velocidad en las vías de acceso al núcleo urbano tiene como objetivo lograr una transición suave de las vías interurbanas a las urbanas, de tal manera que se produzca la laminación del tráfico y una disminución del consumo de combustible. En consecuencia se reduce la emisión de gases contaminantes, como el dióxido de carbono y el dióxido de nitrógeno.

Dentro de este marco, desde el domingo, día 3, se ha reducido la velocidad de circulación máxima en la A-42 de 90 a 70 km/hora en el tramo comprendido entre la M-40  p.k. 6.000 y el acceso al Intercambiador de la plaza Elíptica en el p.k 4.600. A partir de este punto se reducirá la velocidad a 50 km/h ya de manera continua al ser esta la velocidad permitida en el túnel de Fernández Ladreda.

PMUS, un plan para mejorar la calidad del  aire y la competitividad

Este plan engloba todas las actuaciones de mejora de la movilidad hasta el año 2020, incluidas las ya contempladas en otros planes y las que ya están en marcha desde distintos ámbitos. Integra 15 medidas dirigidas a conseguir para 2020 una reducción de cerca del 6% del tráfico en la ciudad a favor de los modos más sostenibles (caminar, bicicleta y transporte público).

Propone, en conjunto, 95 acciones, todas enfocadas hacia unos objetivos generales de mejora de la calidad ambiental, la competitividad, la seguridad y la universalidad de nuestro modelo de ciudad, en base a las líneas estratégicas que previamente había definido la Mesa de Movilidad, con la que se han participado las distintas fases del documento.

Con la menor utilización del coche se pretende reducir el ruido y la contaminación para aumentar el bienestar y la calidad de vida de los madrileños. Se prevé que con el Plan se dejarían de emitir 135.000 toneladas de CO2, 400 de NOx y 26 de PM2,5 como consecuencia de los 3,2 millones de kilómetros diarios que no se realizarían en coche respecto a la tendencia actual (escenario previsto de no aplicar ninguna medida).

Según los escenarios que plantea el PMUS, en 2020 se realizarán un 3,5% más de desplazamientos al día (130.000), que serán absorbidos por los modos sostenibles para que no repercuta en el nivel de congestión.

Incremento del uso del transporte público

Se espera que con las medidas de disuasión del uso del vehículo privado y las de potenciación de los otros modos, se incremente de un 42 a un 46% el uso del transporte público y de un 29 a un 32% la conocida como movilidad activa (caminar y bicicleta). Por contra, el vehículo privado pasaría a representar un 22% de los desplazamientos diarios, frente al 29% actual.

Entre las medidas más destacadas se encuentran la implantación del SER inteligente, la priorización semafórica de los autobuses, la reducción de velocidad en las principales vías de acceso, la mejora de la red ciclista, la creación de aparcamientos de disuasión o la implantación de instrumentos tecnológicos para el control de la indisciplina en las zonas de carga y descarga.

Teniendo en cuenta que el gasto público municipal destinado a las medidas incluidas en el PMUS es, como mínimo, el asignado en los distintos contratos de gestión integral relacionados con la movilidad, este asciende a más de 692 millones de euros

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