De izquierda a derecha; Gerrans, Kwiatowski y Valverde
Quizás, en la década de los 80 hubiéramos celebrado una medalla de bronce en un Mundial de Ciclismo por todo lo alto. Incluso como si hubiera sido de oro. En Ponferrada, Alejandro Valverde logró su tercer bronce consecutivo, su sexto metal en su palmarés. Nadie duda de su valor. Encomiable el plus competitivo del murciano que suma este logro en 2014 a su tercer puesto en la Vuelta y al cuarto en el Tour. A sus 34 años. Valverde se subió en el tercer escalón del cajón. Estuvo a punto de hacerlo en el segundo, pero en el sprint, el australiano Simon Gerrans le adelantó en los últimos metros, aunque también es cierto que pudo ser cuarto, pues los jueces tuvieron que echar mano de la foto finish en su enconada entrada a meta con el danés Matti Breschel. Por delante de los tres, el polaco Michal Kwiatowski. A cinco kilómetros de la meta, en el descenso del Mirador, el polaco lanzó un ataque. Purito trató de responder y arrastró a Gilbert, Gerrans y Valverde. En pocos metros, el polaco obtuvo una ventaja de ocho segundos que le serían suficientes para pasar el primero en la línea de meta, para posteriormente, enfundarse el maillot arco iris. Gilbert llevó el peso de la caza, pero fue insuficiente. Kwiatowski descendió como un rayo y rubricó la táctica del equipo polaco.
En este sentido, el español no estuvo fino. O falló la táctica o las fuerzas. Mínguez tuvo a sus nueve corredores. Lo suyo hubiese sido endurecer el último paso, los 18 kilómetros, y sobre todo, haber lanzado un ataque antes del repecho del Mirador (a seis kilómetros de la meta).Dani Navarro y Jonathan Castroviejo se dejaron ver. Kwiatowski estuvo listo y lo hizo uno después. Los nuestros partían con la gran ventaja de conocerse palmo a palmo el recorrido y lo suyo hubiese sido que mostrasen una mayor ambición en el último tramo de la prueba. Al final, Alejandro Valverde volvió a dar la cara y conquistó su sexto meta (dos de plata y cuatro de bronce) y se quedó lamentablemente otra vez cerca del oro.
