Aprovechando las inmensas medidas de seguridad que las autoridades brasileñas han implantado en el país con motivo del Mundial y que han dejado zonas sin vigilar, una banda de atracadores han perpetrado uno de los robos más espectaculares de los últimos años al llevarse de una fábrica de Samsung Electronics Co Ltd cerca de Sao Paulo en la tarde del domingo camiones cargados de teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras que la compañía valoró en 6,3 millones de dólares. Además tomaron como rehenes a algunos trabajadores.
Un portavoz de la secretaría de seguridad pública del Estado dijo que los bandidos huyeron con siete camiones cargados con más de 40.000 productos Samsung. La policía estatal está investigando el ataque, agregó, pero dijo que aún no se ha identificado a ninguno de los sospechosos.
La policía valoró más temprano el lunes el botín en hasta 36 millones de dólares, pero Samsung dijo posteriormente que era mucho menor. Samsung dijo que unos 50 empleados fueron detenidos como rehenes durante el robo, pero rehusó entregar más detalles.
«Hemos cooperado totalmente con la investigación en curso de la policía y haremos lo mejor para evitar cualquier tipo de repetición del incidente», dijo en un comunicado Samsung Eletrónica da Amazonia Ltda., la unidad que fabrica los electrónicos del gigante surcoreano en Brasil.
El informe de la policía señala que el robo, parece el guión de una a película.
Después de detener el vehículo que llevaba a los trabajadores a la fábrica, siete ladrones armados tomaron control del móvil mientras sus colegas llevaban a seis de los ocho empleados a un lugar remoto donde serían liberados. Justo antes de la medianoche, los delincuentes fueron con los otros dos empleados a la fábrica, donde desarmaron a los guardias de seguridad, reunieron al resto de los trabajadores de la planta y se aseguraron de que ninguno se pudiera comunicar con el exterior.
Con la planta despejada, los atacantes luego permitieron que otros 13 cómplices, a bordo de los camiones para la huida, entraran a la fábrica. Los ladrones, comunicándose entre sí por radio y teléfono móvil, cargaron los camiones con el botín.
Usando fotografías que supuestamente tomaron con las cámaras de seguridad de la fábrica, medios locales mostraron imágenes de los supuestos culpables, vestidos de negro y con las cabezas cubiertas, recorriendo la fábrica y subiendo cajas de electrónicos a los camiones con montacargas.