Un cheque guardería legal, pero no moral

La beca de guardería de la hija de Lucía Figar es legal. Pero no es moral. Es legal, porque como familia numerosa que es, Lucía Figar tiene derecho a ella. Es legal porque las normas para acceder a una ayuda aprobadas por la Consejería de Educación que dirige Figar no fijan renta máxima para percibirla, priman el hecho de que ambos padres trabajen acogiéndose a que se trata de “conciliar la vida laboral y familiar”.

Pero no es moral que Lucía Figar, que tiene un sueldo de unos 90.000 euros, más los 5.000 al mes que gana su marido, Carlos Aragonés, como diputado -en 2011 se llevó el premio al  Diputado Desconocido del Congreso, donde no ha presentado ni una sola pregunta, proposición ni enmienda-, se autoconceda una ayuda de 1.100 euros para pagar la guardería de su hija. No es moral, ni digno de un estado que se dice solidario y establece ayudas para quienes tienen dificultades, que exista un decreto para conceder becas que no fija topes máximos de renta pese a que sale de un fondo limitado. Para el curso próximo, exactamente 34 millones de euros que dan para unos 30.000 cheques: el chocolate del loro, teniendo en cuenta que Madrid tiene medio millón de parados. Y los que tienen la suerte de trabajar ya no alcanzan ni la condición de mileuristas.  No es moral que haya familias con rentas que no llegan ni al 10% de lo que ganan los Aragonés Figar, que teniendo derecho y necesidad de beca no la consigan por agotarse la partida presupuestaria mientras estos señores, que son familia numerosa, trabajan ambos y se lo llevan crudo de las arcas públicas, tengan la desvergüenza de mojarse por 1.100 euros. No llega ni a 100 al mes  a descontar del coste de la escuela infantil privada a la que sus trabajadores padres se ven obligados a llevarla.

No es moral que el año pasado se eliminaran 10.000 becas de comedor, las becas para libros desaparecieran prácticamente y se recorten 2.000 profesores, servicios y hasta se cierren institutos, y doña Lucía Figar presente la documentación para que “una empresa externa” de la Consejería de Educación que hace las valoraciones se la conceda.

Por sus obras los conoceréis. Lo dice la Biblia. Esa misma que maneja Lucía Figar. 

About Maria Tello

Periodista con más de 20 años de experiencia en información política y local de Madrid. Apasionada de la lectura y la historia.

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