Estos últimos meses han dado juego los tres grandes con sus quejas. El Barça, tras perder en Valladolid, le echó la culpa al empedrado. “El estado del césped no nos dejó hacer nuestro juego”, Días después, el Madrid sacó los kleenex, tras caer en el Clásico. Hubo quejas de una persecución arbitral. “Para todos sería mejor que Undiano no nos pitará más en esta temporada”, comentó Sergio Ramos. Pueril argumento. Cuando los blancos se han visto beneficiados por una decisión arbitral se ha corrido un tupido velo. En el Atlético también hubo quejas. Pero no de los árbitros. Apuntaban al entorno periodístico. “No interesa que el Atlético esté arriba. Quieren sacarnos de ahí”, comentó Filipe Luis. “El Atlético incomoda. A algunos les molestará, pero estamos vivos”, dijo Simeone.
A falta de seis jornadas, el victimismo colchonero chirría. Lo del ‘partido a partido’ del Cholo es una táctica entendible. Una frase para la posteridad. Pero le ha valido y es lo que cuenta. Los cuentos de la lechera se quedan muchas veces ahí. En quimeras. Pero el Atlético es el tercer grande de España, y no hay ningún mal en decir que se va a por la Liga y que no haya que esperar a airearlo cuando queden cinco jornadas. La afición, que sabe estar a la duras y las maduras, ha entendido el mensaje instaurado desde el vestuario, y partido a partido, ha jugado su particular encuentro para empujar a sus jugadores al liderato. Si luego no cae el alirón no es cuestión de irse con la orejas hacia abajo. Seguro que habría un bajonazo porque el Atlético es un club que debe luchar por todos los títulos. Lo de los campeones morales no vale. Son palabras que se lleva el viento. De lo que todo el mundo se acuerda es del que gana. Eso, como lo de “se perdió, pero jugamos muy bien” es una milonga. Lo del argumento de la diferencia galáctica de los presupuestos es evidente y palpable, pero en el césped son 11 contra 11. Y este Atlético ha sido capaz de romper con el monopolio y bipartidismo de la Liga de merengues y culés. Últimamente ha habido encuentros en que el banquillo colchonero era mucho mejor que el madridista.
El título de Liga lo tiene a su alcance el Atlético. Cuenta con una ventaja. Depende de sí mismo. Si sigue el guion como hasta ahora, en el Camp Nou le valdría hasta el empate. Pero en esa tesitura, entiendo que el Barça tendría la vitola de favorito. Antes de verse las caras en el desenlace liguero deberán hacerlo en el de la Champions. El Atlético parte con una cuádruple ventaja. Primera, el marcador. El 0-0 les vale. Pese a que tuvo ‘a huevo’ como diría un castizo al Barça. Pese a la táctica mourinhista del Cholo. Echó al equipo atrás y dejó al equipo sin una referencia arriba al quitar a David Villa. El Cholo no tuvo un buen día en la oficina el pasado martes. Le pasa a cualquiera en su profesión. Segunda. Juegan en su feudo. Tercera. Al no tener que marcar de entrada les viene mejor no llevar la iniciativa en el juego. En sus dos últimos partidos en el Calderón, ante Granada y Villarreal ha sufrido muchísimo en este sentido. Los colchoneros se encuentran cómodos con espacios. Sin la pelota, la cuestión es testiculina e intensidad. Cuarta. Contará con Diego Costa. Con él, y sin Piqué, el Atlético tendrá en el punta, un filón para buscarle las cosquillas a un Barça que se verá obligado a adelantarse en el marcador, algo que no han conseguido en los otros cuatro enfrentamientos de esta temporada.
Los azulgranas tienen una semana clave. En siete días se juegan el pase a las semifinales de la Champions y el título de la Copa. Todo ello aderezado con la campaña de ‘la mano negra’ como coartada por la sanción de la FIFA. Otro claro síntoma del victimismo culé. “Otros clubes hacen lo mismo, pero como no pueden ver que seamos la referencia van a por nosotros” ha sonado como cantinela que bien podría valer como eslogan desde la Ciudad Condal. “Os han pillado con el carrito del helado”, como se les podría cantar de manera irónica en muchos puntos del país.
Francisco J. Molina Quirós
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.
Estoy seguro que el partido de mañana entre Atlético y Barsa desgastara tanto a los dos equipos, que lo pagarán no se si en la próxima jornada o la siguiente. Ya que la tensión que se sufre a estas alturas de la temporada las lesiones se están manifestando de forma evidente.
Sea como sea, el final de temporada, con la final de la copa a la vuelta de la esquina, esta siendo muy emocionante, como hacía años. Ahora apetece ver todos los partidos por ver si pinchan el uno,el otro o el tercero. Así se crea aficción.