El Ayuntamiento de la Vega del Pas (Santander) tenía previsto para el 6 de septiembre la caza de un cochinillo y de un conejo en el programa de sus fiestas patronales de Nuestra Señora, pero decidió retirarlo tras la denuncia presentada por PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal). Todo gracias a los comentarios de varias personas en las redes sociales que alertaron al partido presidido por Silvia Barquero.
Según la Ley 3/1982 de 18 d marzo sobre la Protección de los Animales de Cantabria, en su artículo 48 se considera de infracción muy grave “la celebración de espectáculos u otras actividades en los que los animales resulten dañados o sean objeto de tratamientos indignos”. El Ayuntamiento de dicha localidad acordó suspender la celebración de esa práctica lo cual pone en entredicho la preparación de nuestros políticos, ya que tanto el alcalde como los concejales, debían estar al tanto de la normativa con los animales. Una nueva demostración de la condición humana que no es entendible disfrutar de unas fiestas con el maltrato a los animales.
Uno mira otros eventos, otras fórmulas en varias latitudes por la geografía española. Como ‘La Tomatina’, ‘Las Fiestas del Agua’ que han logrado calar en la sociedad sin ninguna necesidad de hacer sufrir a ningún ser vivo. Son jornadas para pasarlo bien sin tener que recurrir a tópico de pasarlo bien a costa de un animal asustado y en clara minoría. Los Ayuntamientos que siguen anclados en el pasado deben dar un paso al frente. Renovarse. Ser aperturistas, adaptarse a los tiempos que nos ha tocado vivir y acabar con esos festejos cuyas imágenes provocan pavor y vergüenza.
En el programa de las fiestas en La Vega del Pas se han incluido varios conciertos, un concurso de fotografía, de bolos, barranquismo, cine de verano, hinchables, un mercado medieval, quedada de coches y motos. Un abanico amplio de actividades para pasarlo bien. Como los hay en otros pueblos, pero ¿por qué recurrir a vejar a un animal? Somos unos privilegiados por los tiempos que nos ha tocado vivir en cuanto a adelantos técnicos. El hombre de las cavernas ya pasó, aunque parece que hay algunos imitadores que quieren preservarlo. Aunque hay un gran matiz. Ellos cazaban por necesidad. No maltrataban a los animales para divertirse. Esa es la gran diferencia y lo que hace denunciable todo ese tipo de festejos.