La especulación urbanística a la que ha sido sometida la sierra de Madrid en los últimos años ha llegado a cotas insospechables. La construcción de urbanizaciones, polígonos industriales o centros comerciales han degradado un paraje otrora idílico.
Una de esas poblaciones que se ha visto más afectada es Moralzarzal. A la suma de la instalación de numerosos hipermercados (Gigante, Supersol, Hiber, Mercadona, Lidl, etc) por ser considerada zona turística –antes de la liberalización de horarios sólo podían abrir en festivos estas zonas- se suma el escándalo de número de empadronamientos de empresas para tributar el impuesto de circulación, el más bajo de España y, sobre todo, la aberración que quieren hacer con La Dehesa, al quererla convertir en un campo de golf rústico.
En el año 2011 el Ayuntamiento de Moralzarzal presentó a la Comunidad de Madrid un proyecto para construir el sexto campo rústico (en Madrid unas 94.000 personas practican el golf y cuentan en la actualidad con 30 campos, cinco de estode ellos rústicos en el Club de Golf de Pozuelo, el Quijorna Golf, El Taberal, en Collado Villalba, el Club Deportivo de Golf de Pedrezuela y la Asociación de Golf Villa del Escorial) un campo de 45 hectáreas con nueve hoyos que ubicaría en el Monte de Utilidad Pública “Dehesa Vieja y Robledillo. En palabras del equipo de Gobierno de Moralzarzal, pretende conseguir “la máxima adaptación del campo al ambiente en el que se sitúa”, “apostando por la conservación del hábitat autóctono preservando la vegetación, la fauna existente y la potenciación de la ganadería hoy abandonada en el monte.
La respuesta ha llegado desde la portavoz de Medio Ambiente de IU en la Asamblea de Madrid, Carmen Villares, ha manifestado este lunes «el profundo desacuerdo» de su formación con el campo de golf en la dehesa de Moralzarzal y ha solicitado a la Consejería del ramo que no de curso al Estudio de Impacto Ambiental del campo de golf, que además «acabará costando al municipio alrededor del millón de euros».
A su juicio, «un campo de golf llamado rústico de 9 hoyos en 10 hectáreas, distancia reducida entre hoyos, corte manual del césped, y su cierre cuando hay peligro de incendio, es un propósito disparatado en lo relativo a la ordenación del territorio, y un contrasentido desde el punto de vista económico», ha sostenido en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Regional.
Villares ha recordado que «el valor de la Dehesa es actualmente ganadero y ambiental, y el proyecto de golf no potencia su valor como afirma el Estudio de Impacto sino que lo degrada». Por otro lado, en cuanto al impulso del turismo, ha dicho que «es un brindis al sol, un futurible más que dudoso en los tiempos actuales y los que vienen», y ha agregado que «lo mismo pasa con el empleo».
A su juicio, «el campo de golf es solo un reclamo» y «lo que se lleva años intentando es un desarrollo urbanístico en la dehesa y su entorno». «Por muy rústico que se llame, altera y corta la continuidad del ecosistema», ha afirmado, al tiempo que ha asegurado que «no es compatible con la conservación ambiental».
Finalmente, ha considerado que «son muy justificadas las más de mil alegaciones presentadas por los vecinos, asociaciones ecologistas y otros», por lo que ha pedido al Gobierno regional que «no las desprecien», así como que «tampoco desprecien ni tergiversen las manifestaciones vecinales».
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.