Ha fallecido uno de los personajes públicos más controvertido de finales del siglo XX en España: El empresario José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada. Ruiz-Mateos será enterrado mañana en Rota (Cádiz), su localidad natal, donde nació en 1931.
Controvertido porque pasó de ser el buque insignia de los empresarios españoles en el final de la dictadura de franco, con 230 empresas y 65.000 empleados, a ser un personaje esperpéntico tras la expropiación de sus empresas el 23 de febrero de 1983 por el Gobierno de Felipe González, alegando un fraude millonario a Hacienda.
En los últimos años seguía embarcado, junto algunos de sus numerosos hijos (nada más que 13 tuvo con María Teresa Rivero), en cuestiones judiciales tras crear un nuevo holding, Nueva Rumasa, con aproximadamente 16.000 trabajadores. El 17 de febrero de 2011, diez empresas de Nueva Rumasa (Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Quesería Menorquina y Rayo Vallecano) se acogieron al procedimiento especial concursal y Ruiz-Mateos fue denunciado por estafa en la compra de dos hoteles en Mallorca.
Pues qué quieren que les diga, seguramente era un estafador de Hacienda y lo que hacía con sus empresas era un fraude, pero a mí, como a miles de personas era un tipo que me caía bien. Durante años y años mantuvo a miles de familias con un empleo y un sueldo que ya quisiéramos que lo tuvieran ahora. Además, la famosa expropiación encabezada por el entonces ministro Miguel Boyer nunca estuvo clara. Siempre quedó la duda si fue un golpe de efecto del nuevo Gobierno Socialista para decir “aquí estamos nosotros”. La rocambolesca historia de Ruiz-Mateos persiguiendo a Boyer con sus disfraces de Superman o el famoso “que te pego leche” quedará precisamente en los anales de los inicios de la democracia en España. Pero hay que reconocer que logró lo que pretendía, que nunca se olvidara su caso, que saliera siempre en los medios de comunicación, incluso que fuera elegido eurodiputado con la Agrupación Ruiz-Mateos (a ver si se creen los de Podemos que han sido los primeros en dar ese paso).
Pero no se quedó ahí, en solicitar un juicio justo -según él- y pedir una indemnización multimillonaria al Gobierno, si no que volvió a partir de cero y creó un nuevo holding con más de 16.000 empleados. Además se atrevió a meterse en el mundo del fútbol, con la compra del Rayo Vallecano (de Madrid, como puso él) incluyendo como presidenta (la primera del fútbol español) a su esposa María Teresa Rivero. En Vallecas no han olvidado su paso, y si bien es cierto que el final no fue muy feliz, hay que recordar que si el Rayo Vallecano sigue existiendo fue gracias a ellos, y que María Terea Rivero sorprendió a propios y extraños por su implicación y capacidad para dirigir un equipo de fútbol de la élite.
Ahora quedan las secuelas, los juicios pendientes de sus juicios, pero a muchos nos ha entristecido que haya desaparecido un personaje como él.
«Que te pego leche»
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.