Nos espera un año calentito en Madrid. Y no me refiero al cambio climático, aunque los efectos de la pérdida de la mayoría absoluta en Ayuntamiento y Comunidad que el PP tras dos décadas de gobierno va a generar en el partido y en ambas administraciones una especie de ciclogénesis explosiva brutal. Necesaria, por otra parte, porque la higiene democrática dice que no es nada bueno perpetuarse en el poder, aunque sea con la legitimidad de los votos. No quiero ni pensar qué puede salir cuando empiecen a abrirse ventanas y levantar las alfombras de los despachos madrileños…
Según la encuesta que publica El País, los populares perderían la Comunidad de Madrid en la que gobiernan desde 1995, tras aquel nunca del todo esclarecido tamayazo, y el Ayuntamiento, donde gobiernan sin interrupción desde el año 95. En la primera para desbancar a Ignacio González, heredero a dedo de Esperanza Aguirre que sacaría 53 escaños de los 65 de la mayoría absoluta, sería necesario que PSOE, IU y UPyD sumaran escaños. La coalición de izquierdas se aproxima peligrosamente a los socialistas, con un 18,8% de los votos frente a 21,3, mientras los progresistas llegan al 12,7%. Pero a Ana Botella se la ventilan solitos socialistas e Izquierda Unida. A la mujer de Aznar, otra puesta a dedo en las listas municipales para tapar la herida de guerra entre Gallardón y Aguirre, se ha quedado en tirita desechable por su bajo perfil y sus notorios fracasos, lo que le reporta 21 tristes concejales, diez menos de los que tiene ahora. Los de IU conseguirían 14 ediles -ahora tenían seis- pero los de David Ortega sólo suman otro escaño.
Si ya hemos empezado la carrera electoral y los populares empiezan a prometer y comprometer rebajas de impuestos y demás maravillas para 2015, hay otro sprint más oculto para ver qué candidato encuentran los de Génova para volver a atraer a los madrileños a su granero. Esperanza Aguirre, la lideresa, que despierta pasiones en ambos sentidos –hay quien la tiene en un pedestal, mientras para otros es como mentarles a la bicha- no se define públicamente y niega ninguna aspiración, pero esta mujer tiene mucho recorrido y si la facción de Rajoy la deja, la tendremos de candidata, puede que junto a Cristina Cifuentes, la Delegada de Gobierno, que aunque se ha hecho notar bastante en su mandato, todavía tiene zonas en blanco. Tal como está el patio, la lideresa es la única posibilidad de no perder Madrid de los populares.
Lo que promete ser divertido es ver cómo los populares y socialistas, que en realidad le tienen una tirria tremenda a los de UPyD, se tienen que tragar el sapo de hacerles el caldo gordo para poder gobernar sin mayoría absoluta. Los magenta, que tiran a demagogos y se rigen por la única ideología de su propia lideresa, Rosa Díaz, van a estar un año con el carné de baile completo… al final, sólo tendrán que elegir quién les pone el mejor piso. Coche no, que lo del chófer les pone de los nervios… Tienen algún problemilla los upeydinos, porque yo me juego el cuello a que si hacemos una encuesta rápida entre amigos y conocidos, muy pocos sabrán decirnos cómo se llama su portavoz en la Asamblea –aunque luego te reconozcan que les suena un abuelillo que sale a veces en Telemadrid- y si a Luis de Velasco le conocen poco, a David Ortega creo que tampoco la popularidad le impide salir a la calle. Entusiasmo le pone, desde luego, y los suyos se están batiendo el cobre voto a voto, pero resulta un poco esquizoide ver cómo a veces suscriben iniciativas que, por otra parte, llevaban años reclamando PSOE e IU, pero otras se apean apoyando otras del PP que la izquierda rechaza de plano. Bisagra total, no sé si casual o calculadamente.
Curioso es que la encuesta de Metroscopia concluye que los propios votantes de PSOE están hasta el gorro de Tomás Gómez –hasta un 49% de rechazo- aunque él siga pensando que es Invictus, más bien parece el caballo de Atila. El de Parla se encargó de hacer una limpieza total en el PSM de familias que no le apoyaban, y anda promocionando a Antonio Carmona como alcalde: pero es que tampoco ha conseguido entusiasmar a los no militantes con un discurso altisonante y soberbio no refrendado por su altura política… Jaime Lissavetzky, que siempre tuvo tironcillo, tiene mejor suerte en el Ayuntamiento y tiene el respaldo del 47%. Hasta los populares lo reconocen fuera de micro: “Si los socialistas no ganan ahora es porque son unos inútiles y no tienen candidatos”. Ciertamente, para Ferraz el gobierno de Madrid nunca ha sido una prioridad –mucho más le interesan los gobiernos regionales de Cataluña o el País Vasco, por aquello de lograr apoyos en el Congreso- y nos han dejado caer un paracaidista tras otro que no han hecho más que perder elecciones estrepitosamente y abandonar la Casa de la Villa en cuantito que les han ofrecido algo con más empaque que un escaño en la oposición… Léase Trinidad Jiménez, Miguel Sebastián… bueno, el último no llegó ni a tomar posesión de su acta de concejal. Si Ferraz sigue a tortas con el PSM, se merecen todo lo que les pase.
¿Y qué pasa con Izquierda Unida? Pues andan como desaparecidos, como si la cosa no fuera con ellos, pero estar, están. Están en lo que han dado en llamar “el poder de la gente”, en los barrios, en las asambleas del 15-M, en todo fregado que suene a movimiento social, intentando comerse el bipartidismo y las estructuras políticas clásicas completamente desprestigiadas por los pies. Como siendo minoría no acaparan más de 5 minutos de telediario y tres artículos a la semana en la prensa nacional, se han dedicado a patearse la calle: a Gregorio Gordo y Eddy Sánchez se les ve más hablando en agrupaciones y asociaciones de todo tipo que en los pasillos de la Asamblea. Ángel Pérez, el portavoz en el Ayuntamiento, dijo hace tiempo que no se volvía a presentar, y pese a su verbo ácido y su ironía impagable, ya no da apenas titulares. Viendo las melenas que se ha dejado, sospecho que también anda predicando por las asambleas. E intentando hacer ver a los ciudadanos desencantados que la abstención sólo favorece a los grandes.
Con estos mimbres, en el año que resta hasta las elecciones locales y regionales, nos vamos a hartar de promesas, pero nos vamos entretener un montón viendo cómo vuelan los cuchillos dentro del PP por hacerse hueco, mientras en el PSOE se frotan las manos viendo caer la breva madura por la crisis, pero ni aun así se ponen de acuerdo. Izquierda Unida a lo suyo, movilizando al ciudadano de a pie, y UPyD, a verlas venir.
About Maria Tello
Periodista con más de 20 años de experiencia en información política y local de Madrid. Apasionada de la lectura y la historia.
Me ha encantado el artículo,es AC 0 JONANTE.
No solo por lo que dice sino por como lo dice