Tras las críticas por parte de la oposición, en especial del PSOE, el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que contemplan actuaciones de restricción de tráfico en la almendra central de la ciudad o la limitación de velocidad a 70 kilómetros en la M-30 y en los principales accesos a la capital (a partir de la M-40) para evitar episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2).
Así lo ha manifestado la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en rueda de prensa, quien ha recordado que la ciudad nunca ha tenido una situación de alerta por contaminación y las situaciones en las que se han dado episodios de elevados niveles de concentración de NO2 son «muy esporádicas», con sólo tres casos entre el periodo 2011-2014. No obstante, ha aseverado que así se garantiza la protección al ciudadano en el caso hipotético en que hubiera episodios muy elevados de dióxido de nitrógeno.
No recuerda la alcaldesa que Madrid superó en el verano de 2013 el nivel límite de contaminación atmosférica por ozono con una incidencia «sin precedentes» en los registros de la ciudad, según el Informe 2013 de Ecologistas en Acción sobre la Calidad del Aire en la capital.
Además estas medidas vienen tras la declaración de Ruth Porta que ha pedido al Área de Movilidad y Medio Ambiente que tenga preparado un plan preventivo de lucha contra el ozono con medidas que se deberían activar automáticamente cuando los niveles de este contaminante superen el nivel de aviso a la población. Entre otras, la edil proponía la restricción del tráfico y aparcamiento, y el fomento y gratuidad del transporte público.
Y este es el gran quid de la cuestión: el transporte público. Con el incremento desmesurado del precio del transporte público, la bajada de paso de los autobuses dela EMT y de los trenes de Metro, el madrileño ha optado por el transporte privado. A una familia corriente de cuatro miembros le sale más rentable montar en su automóvil para ir al centro que tener que pagar ocho billetes de ida y vuelta. Y no digamos nada a los jóvenes o a quienes quieren salir por la noche, con el cierre del Metro a las 01.30 horas y una flota de Búhos trasnochada. ¿Para cuándo la promesa de Esperanza Aguirre de abrir el Metro las 24 horas los fines de semana?
Eso sí, no hay que alarmarse en exceso ya que el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, ha aseverado que la probabilidad de episodios de alta contaminación en la ciudad es «muy baja» y que la red de medición de Madrid registra una media diez veces inferior al nivel de alerta. Además, ha apuntado que se ha reducido un 30 por ciento los niveles de dióxido de nitrógeno durante el mandato de Botella.