Pepe volvió a las andadas. Al portugués se le volvieron a cruzar los cables. Un nuevo cortocircuito en su cabeza.Todo porque Keita le negase el saludo en el protocolario acto previo al Real Madrid-Roma. El maliense decidió no estrechar su mano con el madridista. Cada uno es libre de hacerlo o no. El centrocampista tenía aún son cicatrizar las heridas de los Clásicos de antaño. No hay nada que reprocharle nada. Fue fuel consigo mismo.
Pero Pepe reaccionó mal. Se equivocó de nuevo. Y ya son… El central debió pasar olímpicamente del tema, pero le volvió a salir su otro yo. Le va la marcha. Su reacción fue escupir a Keita, y la respuesta del africano, lanzarle una botella de plástico de agua que impactó en el hombro del portugués. Pepe no cambia. No tiene remedio. Es un privilegiado. Después de su bochornoso incidente con Casquero le dieron una segunda oportunidad, pero el portugués siguió erre con erre. Con Messi, Diego Costa… El portugués rompe con ese dicho de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Él lo sobrepasa.
La actitud de Pepe no solo le perjudica a él sino al Real Madrid. Al central no le debe preocupar su imagen porque por activa y por pasiva sigue protagonizando y coleccionando incidentes. Al club blanco sí que debería hacerlo. Y tendría que tomar medidas. Pepe tendría que estar fuera del Madrid desde el día siguiente a su agresión a Casquero. De esta manera se habría solucionado el caso. Pepe, debió tomar mota. Cambiar radicalmente su comportamiento en el césped. Una pena. Nadie duda de sus cualidades, pero le pierde su temperamento. Sus defensores dirán que le buscan, pero él entra muy fácil al trapo, pero lo peor, es que él solo los provoca. Como en el caso con Keita. Una cosa es una acción puntual en un lance de un parido. A las pulsaciones que van, en un momento dado de un partido se puede reaccionar de una manera u otra, pero sin haber empezar a jugar no se puede montar un pollo a las primeras de cambio.
El Madrid no puede permitir más ‘salidas de tono de Pepe. No se atreverá a echarle ni a dejarle unos cuantos partidos sin jugar, pero no debe dejarle que siga teniendo carta blanca. No sabemos si le multará económicamente por su escupitajo a Keita. La única cosa que se me ocurre es que le pongan una terapia, que metan a Pepe en una habitación durante varias horas y le sometan a una sesión de vídeo . Le pongan toda la colección de sus incidentes. Una y otra vez. Rebobinando. Para atrás y volver a empezar. Para que se vea. Para que se conciencie de que muchos chavales y niños han podido verle haciendo todo eso. Para darse cuenta de que no da ejemplo, que asíí no puede ir por los campos de fútbol. Es una vergüenza.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.