La endogamia en cualquier profesión es un mal endémico que sufrimos en España desde hace mucho tiempo, pero no me resisto a comentar la próxima investidura de Victoria Prego el próximo 24 de enero de 2018 como doctora Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
Nadie va a dudar de los méritos de Prego durante sus muchos años de profesión periodística, pero si ponemos en solfa muchos periodistas su capacidad como presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid. La deriva a la que se ha sometido esta institución en los últimos años, con comunicados partidistas, más en el juego político que en defensa de los profesionales, ha provocado la marcha de muchos asociados que no se ven representados por la actual cúpula de la Asociación. Parece más un retiro sagrado para grandes ‘elefantes’ periodísticos que un verdadero colegio profesional, algo que siempre ha sido su mayor anhelo y que nunca se ha conseguido, y que por esta vía no se va conseguir.
La dura crisis que ha afectado a toda la sociedad se ha cebado especialmente en los periodistas y parece que nadie se ha dado cuenta. El intrusismo profesional y el empleo encubierto -o no- de un excesivo número de becarios, con la falta de referencia de verdaderos profesionales con experiencia, ha provocado que estemos en estos momentos en uno de los puntos más bajos de calidad del periodismo de toda su historia. Son lamentables los comentarios que se escuchan en la radio, se ven por televisión, se leen en la prensa o por internet. La falta de bagaje cultural y histórico, y lo que sería el primer mandato de cualquier periodista, contrastar cualquier noticia, brillan por su ausencia y la APM parece que no hace nada por remediarlo. De esta forma, muchos que nos dedicábamos a esta bendita profesión hemos tenido que buscarnos las habichuelas por caminos insospechados muy alejados de lo que habíamos hecho, pero qué más da, hoy día en los medios de comunicación vale todo.
Jóse Luis García Jiménez