La anatomía de esta final de la Champions League tendrá como como protagonistas iniciales a los menos sanos, además del ausente por suspensión del Real Madrid (Xabi Alonso). Una final de Champions en año de Mundial trae estas consecuencias, luego de calendarios estrujados, sin suficiente tiempo fisiológico de recuperación entre partidos, con lesiones a medio sanar. En definitiva, gran dilema para los entrenadores y mucho sufrimiento para los verdaderos protagonistas, los jugadores.
Y si analizamos la medula espinal de ambos equipos, vemos que muchos desconocen el nombre del suplente de Courtois, pero manejan fácilmente los apellidos de los porteros del Real Madrid. Síntoma claro que el belga llega más rodado y siendo pieza clave del campeón de Liga. Los centrales del Real Madrid sigue con un duda: Pepe o Varane. Ambos recuperándose. En cambio, Godín y Miranda, sanos y sólidos.
El medio campo, Gabi, Tiago y Koke, contra los medios blancos sin el pilar clave, el que marca el equilibrio, la quinta rueda del coche siempre lista para el auxilio (Xabi Alonso) y evaluando si Illarramendi, Casemiro o Khedira son las alternativas.. Y en ataque, Benzema contra Diego Costa. El primero forzando y el segundo en manos de una medicina alternativa. Sin embargo, y pensando que Arda jugará, los mismo que Di María y Modric, veremos un duelo por la imposición de la técnica sobre la táctica o viceversa, individualidades contra trabajo colectivo, intento de contraataques (solo Bale al cien por cien) contra repliegues con líneas defensivas agresivas y muy pegadas.
La táctica fija (estrategia) será de lucha brava y quizás defensiva. Concentración al más alto nivel. La velocidad de reacción en la toma de decisiones por parte de los entrenadores es clave, con jugadores que no podrán finalizar el partido, nuevos lesionados, tarjetas, variantes tácticas y razones físicas. Dicho esto, un derbi madrileño en una final europea en el cual podríamos encontrar protagonistas no habituales, equipos con jugadores comportándose como planetas girando alrededor de soles, aunque el próximo sábado, los soles que generalmente alumbran se volverán intermitentes de bajo voltaje. ¿Serán los planetas los que iluminen la final?
Una final de Torre de Babel en el cual abundan extranjeros (también en los banquillos), por lo cual, el sentido de confraternidad que deberían mantener los que serían compañeros en selecciones nacionales, próximamente, aparece como incógnita y se podrían ver entradas y conductas no ‘fair playistas’ de los que no compartirán un mismo vuelo a Brasil. Roguemos que no. El mundo está pendiente, pero en especial, los seleccionadores de los países que tienen jugadores con la luz roja de la gasolina encendida. Todos quieren ganar, y cuando se entra en el campo, el Mundial no cuenta, aunque el inconsciente siempre aparece. Una final que merecería un ensayo Freudista.
Maor Rozen. Entrenador de fútbol uruguayo. Con un gran futuro como jugador, se retiró a los 23 años por una lesión grave de rodilla. Con una dilatada y reconocida trayectoria de más de 25 años como Entrenador, actualmente reside en España.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.
