¿La Justicia es igual para todos? Parece ser que no. Es sangrante que un tipo como Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial, condenado de forma firme por las tropelías amiguismos, tráfico de influencias y malversación de fondos cometido durante años todavía no haya ingresado en prisión. Todo, porque sus amigos del Gobierno tienen que resolver su petición de indulto.
¿Por qué un indulto? ¿Qué merecimientos y causas objetivas hay para otorgarle un indulto?
Recordemos que Fabra fue condenado a cuatro años de prisión por defraudar a Hacienda en el ‘caso Naranjax’. Sin embargo, la sección primera de la Audiencia de Castellón acordó el pasado 10 de septiembre la suspensión de la ejecución de la pena de prisión al entender que en este caso concurren las circunstancias excepcionales establecidas en el artículo 4.4 del Código Penal, que señala que la suspensión puede aplicarse cuando se haya producido dilaciones indebidas, algo que consideró probado la sentencia condenatoria.
Ahora la sección primera de la Audiencia vuelve a rechazar los recursos presentados por la Abogacía del Estado y la Fiscalía, al que se adhirió la Unión de Consumidores, acusación popular en la causa atendiendo a que Fabra carece de antecedentes y había manifestado «expresamente» su voluntad de atender al pago de las responsabilidades civiles. Contra esta decisión recurrieron todas las acusaciones, entre ellas el fiscal, que en su recurso solicitaba el «inmediato» ingreso en prisión del condenado y argumentaba que la reparación del derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas ya había sido apreciada en la sentencia con una «notable» disminución de la pena impuesta.
¿Esta es la regeneración política que prometía Rajoy? Con los corruptos hay que tener tolerancia cero. Es lo que pide la sociedad.