Los madrileños estamos un poco hartos de que todo el tiempo nuestros políticos municipales y autonómicos nos digan que las cosas en Madrid van muy bien. La última, la noticia de que el ayuntamiento capitalino ha cerrado el año 2013 en equilibrio presupuestario con un superávit de más de 965 millones de euros y con un remanente de tesorería positivo de 406,2 millones de euros, como ha informado este jueves la alcaldesa, Ana Botella, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
¿Pero -nos preguntamos la mayoría- una institución como el ayuntamiento para que está? ¿para conseguir superávit a final de año o para ayudar a los madrileños?
Tras la desastrosa gestión del anterior regidor, Alberto Ruiz-Gallardón, que llevó las arcas capitalinas a las más altas cotas de deuda –que bonito ha quedado Madrid Río y la M-30, pero que innecesario era- ahora su sucesora ha tomado como ejemplo de buena gestión el ahorro.
No señora Botella, el ayuntamiento más importante de España no está para ahorrar cuando hay tanta gente que lo está pasando tan mal. Está para bajar los impuestos, como la tasa de basuras, el IBI, para ayudar con becas en los comedores, en los colegios, para arreglar las calles, incrementar los servicios de basuras, intentar e incentivar el empleo… No me venga con que han conseguido ahorrar, lo que queremos es que nos ayude, que estemos orgullosos de nuestros políticos municipales por las cosas que están haciendo por los más desfavorecidos, que somos la gran mayoría y que para poder acceder a una rebaja de impuestos o ayuda de hijos no tengamos que estar prácticamente en la indigencia.
Además, como guinda del pastel, la señora Botella dice que se bajará el sueldo a 100.000 euros brutos anuales. Pues menos mal, ya nos quedamos más tranquilos, nos va a tocar un poquito de su sueldo a cada uno y que no engañe, no se baja el sueldo, le obligan a cumplir con la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que establece límites a las retribuciones de los concejales.
Ya está bien de ahorros y apreturas, si hay dinero que se gaste en lo que en verdad hace falta y que dejen de ponerse medallitas.
José Luis García Jiménez