Gala León, en el centro de la imagen
Cuentan las lenguas bien informadas, que no malas, que cuando comenzó a circular la posibilidad de que Gala León fuera la nueva capitana del equipo de Copas Davis, alguno de sus integrantes que se borraron, desertaron y traicionaron a Carlos Moyá de cara a la eliminatoria ante Brasil, pusieron su grito en el cielo ante la posible llegada de la ex tenista al frente del equipo. Está bien que den su opinión. Pero lo que deben hacer en cuanto se topen con su jefa es decírselo a la cara. Y no a jugar a ser diplomáticos. Ser directos, consecuentes y evitar el ‘peloteo’.
Los detractores del nombramiento de Gala León lanzaron un mensaje con cierto tufo retrógrado. “¡Que pinta una mujer en un vestuario con cuatro tíos!”. Lo mismo que el seleccionador de waterpolo o el de fútbol femenino. Que entran cuando deben hacerlo. A dar la charla táctica. Para nada a ser un ‘voyeur’. Gala hará lo mismo con sus pupilos. Ella sabrá mejor que nadie respetar la identidad de los jugadores. Ellos pueden estar tranquilos. Lo que deben hacer es seguir las indicaciones de su capitana, jugar y no volver a dar calabazas al equipo.
Otro fundamento que esbozaban para no aprobar la designación de Gala es que ella no conocía a los jugadores, por lo que abogaban que el nuevo capitán debía tener una cierta complicidad con el grupo. Y yo digo. ¿A Moyá para qué le sirvió ir de colega? Para dejarle en la estacada en un momento crítico. Esto es como todo. Para el ‘jijijaja’ se apunta un bombardero, pero cuando viene un marrón, el que no corre vuela. Me hace mucha gracia que unos personajes que no movieron un músculo para tratar de evitar el descenso en la Davis rajasen por la llegada de Gala León. Que se hubiese aplicado el cuento y que hubieran hecho caso a su anterior capitán.
Alguno abogada por el aterrizaje de Juan Carlos Ferrero como capitán. ‘El Mosquito’ deberá esperar su oportunidad. Tiene todo el tiempo del mundo. Pero eso sí, si alguna vez llega al frente del equipo, desde dentro del vestuario debe marcar distancias. Eso hará sin ninguna duda Gala. Según se mire es una ventaja. Está bien que reine el ambiente dentro de un grupo, pero una cosa es el buen rollo y otro un cachondeo. Lo colectivo debe primar sobre lo individual. Y que Gala haga gala a su apellido. Cuando deba sacar las garras que lo haga. Hay que dejar a un lado un debate sexista. Somos especialistas en marear la perdiz y no coger el toro por los cuernos. El reto de Gala es que los nuestros vuelvan a la élite y luchen de nuevo por la Ensaladera. Eso es lo que queremos todos. Los que no han dado su aprobación a su nombramiento que metan en el armario sus prejuicios y remen en la misma dirección.
En el waterpolo y futbol femenino se ve como algo natural que el jefe sea un hombre. Más de uno debe quitarse la careta y amoldarse a los nuevos tiempos. Las mujeres están capacitadas para llevar las riendas en todos los ámbitos. El deporte no es una excepción. El tiempo será soberano. Y los resultados. No los juicios de valor por adelantado. Hay que dejarla trabajar y apoyarla. Ahora mismo, el equipo de la Davis no es una perita en dulce. Básicamente, por culpa de unas manzanas podridas. Lo que debe hacer Gala es sacar la escoba. No va con segundas. No es un comentario machista. Debe hacer una limpia para que no haya focos de infección y que en el equipo brille nuevamente el compromiso.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.
