Franc Ross: ‘La Camerata de Solistas de Madrid es hija de la sociedad civil”

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Franc Ross, director de la Camerata de Solistas de Madrid

Franc Ross, es el padre de la criatura. En noviembre de 2013 creó la Camerata de Solistas de Madrid, compuesta por 14 músicos. El 1 de octubre se subirán por primera vez al escenario del Auditorio Nacional Han sido 10 meses de intenso trabajo para ver cristalizado un sueño.

-No todos los días se crea una nueva orquesta, por lo que esta circunstancia debe ser entendida como una gran noticia ¿no cree?

-Es una noticia bonita, grande y muy difícil.

-¿En qué se diferencia la Camerata de Solistas con otro tipo de orquestas?

-Se diferencia de otras por varias circunstancias. La primera, es que todos sus miembros son maestros de alta cualificación, con bastante experiencia, que están ayudando a que esta agrupación salga adelante con su tiempo, su esfuerzo y horas de ensayo. Todos estamos convencidos de ello. Su principal paradigma es la calidad. La segunda responde a que no tenemos ningún tipo de subvención. Es una Camerata que nace con una intención artística más que económica. No tenemos ninguna subvención oficial, porque eso es imposible actualmente. Consideramos que esta orquesta es hija de la sociedad civil y es pionera con toda seguridad del futuro que nos va tocar vivir en la cultura en el sentido de que va a tener que ser la sociedad civil la gran protagonista, pues la va tocar  financiar de manera directa todas las iniciativas, ya que no vamos a poder pedir al Ayuntamiento de turno o al Ministerio una subvención.

-¿Cuál es la fórmula para que la Camerata pueda tener visos de viabilidad?

– Nos está ayudando la Asociación Europeo  Americana para la Difusión de la Cultura (ASEADIC), sin ánimo de lucro, para que esta realidad salga adelante y es quien se va a encargar de encontrar a los miembros de nuestra sociedad que ayuden mensualmente con pequeñas cantidades de dinero para hacer  conciertos. Todo se invertirá en subir al escenario. Y poco a poco, encontrar el lugar que se merece en la realidad cultural. Esta fórmula existe en algunos países como Alemania y Estados Unidos que tienen orquestas en varias ciudades  que están apoyadas por la sociedad civil.

¿Son un claro caso de emprendedores?

-Absolutamente. Eso es un emprendimiento total. Conlleva un riesgo impresionante el intentar mantener una Orquesta de Cámara de Cuerdas y concientizar a todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad a que ayude con sus aportaciones pecuniarias a que esta realidad exista y se mantenga.

-¿Preparado para esta carrera de fondo?

-Por supuesto. Lo tenemos asumido. Y aunque somos europeos, aún tenemos mucho que recorrer para darnos cuenta que un ente artístico de esta naturaleza es importantísimo para la sociedad y que debemos ayudar a mantenerlo como se hace en la práctica totalidad de los países de nuestro entorno.

-Habrá tocado a un montón de puertas, bastantes se las habrán cerrado…

-He tocado muchísimas. Es muy difícil abrirlas. Es complicado mentalizar y que cada persona, empresa o entidad a que den el primer  paso.  Nosotros lo hemos damos. Predicamos con el ejemplo. Mostramos primero.  El 1 de octubre subiremos al escenario más importante de España y allí mostraremos lo que sabemos hacer. Y ese día, estrenaremos dos obras.

-‘’Reminiscencias de Chile’, es la primera de las dos obras del programa, ¿qué nos puede adelantar?

-Es una muestra de la música tradicional chilena con obras de Violeta Parra, Francisco Flores del Campo o Sergio Sauvalle, entre otros. Es una obertura que dura 10 minutos que está hecha para una orquesta de cuerda.

La segunda obra tiene su paternidad. ‘Chitamorfole’, un vocablo de nuevo cuño…

-Juego con dos palabras: metamorfosis y  Chile. Si le quitamos la primera y última sílaba a metamorfosis, o sea, me y sis, y le ponemos chi y le, sale este vocablo. Es el título que viene a resumir y condensar los cinco movimientos de la obra que no es una sinfonía, es una Suite. Es historia. La de Chile. Desde antes de la llegada de los españoles hasta su independencia en 1810. El primer movimiento se llama ‘Pachamama’ que en quechua significa ‘Madre de la Tierra’. El segundo es ‘Himno al sol’ y luego vienen ‘Valls Rústico’, ‘Fusión’ y ‘Paso de Cueca’, donde ya Chile una vez independizada, muestra sus rasgos de identidad exponiendo los ritmos de su baile nacional.

-¿Por qué la música no acaba de enganchar en la sociedad española?

-Tiene su público, pero está claro que debería ser mucho más amplio. Es un problema de marketing. Sufrimos un bombardeo constante de las nuevas tendencias de la música apoyadas en imágenes. Algo que me parece interesante, pues va acorde con el desarrollo de la sociedad y de la tecnología, mientras que la música clásica no tiene esas imágenes. Es música. Esa es la gran diferencia. Y eso es un hándicap muy grande en estos tiempos en los que lo audiovisual es el padre de todos los movimientos. En las televisiones, móviles, tablets se pueden ver cualquier tipo de tendencias musicales, pero la música clásica es música.

-¿Podrían ir de la mano?

-Por supuesto que sí. Siempre será menos interesante que poner unas imágenes de vanguardia con mucho ritmo y movimiento. No olvidemos que la música clásica es una muestra de historia. Si tocamos Brahms estamos hablando de Romanticismo, Clasicismo con Mozart o de Barroco con Bach.

-¿Nervioso?

-Responsabilizado. Son muchos meses de trabajo. Hemos parido juntos este proyecto y nos toca decirle a la sociedad civil: “¡Aquí estamos, esto es el producto de nuestro trabajo!, ¡Ayúdanos!

Suerte maestro.

 

About Francisco J. Molina Quirós

Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.

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