El Tribunal Supremo ha declarado improcedente el ERE aplicado por la Comunidad de Madrid a los trabajadores de Telemadrid. Tras el escandaloso despido de 861 personas el Supremo ha señalado que las indemnizaciones se deben elevar a 45 días por año, pero no supone la anulación del ERE y la readmisión de los despedidos. Como se diría en la calle: ni pa ti ni pa mi.
Hay que recordar que el ente autonómico empezó a emitir en 1989 cuando era presidente regional el socialista Joaquín Leguina, cuando ya existían en España las televisiones de Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.
Desde un principio se pudo observar, y los profesionales de la comunicación lo sufrimos en primera persona, que el amiguismo y el enchufe iban a presidir tanto las contrataciones en el ente como en la línea editorial, marcada siempre por el poder. Ya en la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón esta circunstancia se incrementó, pero sobre todo fue con Esperanza Aguirre cuando llegó a ser escandalosa y bochornosa. Finalmente el querido presidente actual, y no elegido por nadie, Igancio González –Nacho para los amigos- ha terminado por casi fulminarla con los despidos y con una programación a base de refritos, películas rancias y unos informativos totalmente sesgados.
Cierto es que Telemadrid no es la única televisión autonómica que para lo único que sirve es para hacer loas a sus consejeros, cosellers o conselleros, es más, el caso de la TV3, la Andaluza o la vasca son de echar de comer a parte, pero en el caso madrileño el monstruo que llegó a convertirse y los escándalos que están apareciendo -y los que todavía quedan por aparecer- son dignos de aparecer en el Libro de los Récords.
Siento mucho lo mal que lo están pasando muchos compañeros, a los que se les acusa, como en el caso de la Televisión Valenciana, de que hubieran denunciado antes esas presiones a las que estaban sometidos, pero lo cierto es que todos tenemos que comer, y quien esté libre de pecado que lance la primera piedra. Yo personalmente, como decía antes, lo único que les puedo echar en cara es la forma en la que accedieron a ese puesto de trabajo, normalmente por enchufe, con contratos interinos y posteriormente con oposiciones ad hoc. Ahí no escuché sus quejas.
En definitiva lo que viene a cuento es la pregunta de si son necesarias las televisiones regionales en España y la televisión pública, donde englobo a TVE, y se demuestra que como funcionan actualmente no. Claro que es importante tener una televisión pública, o varias, pero que se muestre digna, transparente y de calidad. Como ejemplo tenemos la BBC británica, pero aquí la podredumbre política lo corrompe todo y no sé yo si llegaremos a verlo.
About José Luis García
Periodista con más de 25 años de experiencia, especializado en información local, inmigración, sanitaria y deportiva.
Lo que no entiendo es que la oposición no vaya a saco con cosas como las que están denunciando los trabajadores de Telemadrid, los tejemanejes económicos de la cadena con Enrique Cerezo, los derechos del fútbol y su resultado más que probable, el pago en áticos al presidente-no-electo. Me da una pena enorme, porque cuando empezó Telemadrid yo sí la veía, me parecía fresca, nueva, me hablaba de mi pueblo… ahora no se puede poner un telediario sin encontrar manipulación, cursilería y cutrez.