El Atlético sigue siendo un club de paso. Una entidad vendedora. Un equipo sin un proyecto de futuro. Una moneda al aire. Sí, que ha salido cara últimamente.. En la ribera del Manzanares se vive a muy corto y medio plazo. Acorde con los tiempos convulsos que nos está tocando vivir. Ilusos los que creían que tras ganar la Liga y rozar la Champions se iba a apostar por la continuidad de un bloque que pudiera traer años de bonanza y con resacas de más títulos de tronío. Diego Costa, Filipe Luis y Tiago se van de una tacada al Chelsea. 64 millones de euros recaudará el Atlético. 40 por el delantero y 24 por el lateral. El medio se va con la carta de libertad tras rechazar una oferta de renovación por dos temporadas y otra millonaria de Arabia Saudí, pero la llamada de Mourinho resultó ser más tentadora.
Gil Marín, propietario del Atlético, quiso lanzar la semana pasada un discurso tranquilizador para tratar de insuflar ánimos a la parroquia, horas después del bajón anímico tras perder la final de Lisboa. «No queremos ni necesitamos vender a ningún jugador», aseguró. «Paroles, parolse», como diría el mítico Luis Aragonés. Vamos. Ni el ‘Tato’ se lo creía. Con Diego Costa, decidido a irse, un intento baldío para tratar de retenerle con una oferta antes de que den inicios las rebajas. Le doblaban el sueldo (cuatro millones por campaña), pero eso sí, también le pretendían subirle la cláusula. El punta la rechazó. Una pose. Un canto al sol o un intento de querer quedar bien ante la afición.
Está claro que «los futbolistas juegan donde quieren», una frase acuñada a Enrique Cerezo, presidente colchonero. Acertada aseveración. Que deja en mal lugar al Atlético. Los jugadores prefieren bajarse del barco del Manzanares a las primeras de cambio. En cuanto las cosas les sonríen. Se lo toman como un club de paso en sus carreras. El calor y sentimiento que desprende su afición conecta con ellos, pero no lo suficientemente fuerte como para implicarles de corazón y por mucho más tiempo. Un compromiso adquirido que es etéreo. Por conveniencia. El Atlético, por su peso e historia no se merece ser un club trampolín.
El Atlético deberá partir de cero. Una vez más. Es su sino. De un tiempo para acá ha tenido que desprenderse de sus estrellas. En varias ocasiones filtrando que eran ellas las que se querían ir. Falso. Que se lo pregunten a De Gea, o Falcao. La lectura positiva es que ha sabido dar con la tecla y acertó con los sustitutos. Ahora le experimentarlo de nuevo. Moneda al aire: ¿Saldrá cara o cruz? Empezando en la portería. La apuesta de juventud y veteranía con Courtois y Aranzubía tendrá una segunda parte. El belga apunta su retorno al Chelsea. Su sustituto será el argentino Rulli, guardameta del Estudiantes de la Plata. El Atlético ofrece 2,5 millones de euros. El que está fichado es Moyá. La cadena Cope adelantó anoche su fichaje por 3 millones que percibirá el Getafe. La opción de Cech se valoró en la zona noble del Calderón, pero la prohibitiva ficha del checo, echó al suelo las intenciones madrileñas.
Para suplir a Costa, su sustituto podría llegar de la Premier: Roberto Soldado. El Tottenham pagó 30 millones el pasado verano al Valencia. Al valenciano le hacen chiribitas en los ojos por poder volver a Madrid. Incluso, ha hecho un guiño. No pondrá trabas para recortarse la ficha. Además, de Soldado, el Atlético busca otro ‘9’ tras la marcha de David Villa al fútbol americano. Jackson Martínez, Carlos Bacca, Lukaku, que pertenece al Chelsea y que jugó cedido este curso en el Everton. El que tiene fichado es a Ángel Correa, punta de 19 años argentino al que comparan con el Kun. 7 millones ha costado el 40 por ciento de su pase. Será cedido. En cuanto al nuevo lateral zurdo. Las preferencias son por Siqueira del Benfica. Lo malo es que el Real Madrid también le pretende como recambio en el caso de que Coentrao se marche.
La retirada de la puja del cuadro merengue por Rakitic le abre el camino al Atlético con el que tiene un preacuerdo para 2015. El croata tiene encima de la mesa una oferta de renovación con el Sevilla, que de no aceptarla, el club hispalense se verá abocado a tener que negociar. El croata tiene una cláusula de 15 millones, pero la operación podría cerrarse entre los 10 y 12. Rakitic serría el recambio de Diego, que ultima su fichaje por el Fenerbahçe, a expensas de lo que pase con Koke o si alguien se anima a ir a por Arda Turan.
Con Diego Costa, Filipe Luis y Arda Turan, un nuevo desembarco de futbolistas colchoneros a la Premier. En 2007, Fernando Torres fichó en 2007 por el Liverpool (36 millones); De Gea y Kun, traspasados al Manchester United y Manchester City en 2011 por 20 y 45 millones, respectivamente. Y Joel, al Everton por 4 kilos en 2013. Vamos. El Atlético se ha convertido en una sucursal de la Premier League. Resulta frustrante. El Atlético da un paso atrás. No se quita la vitola de club vendedor. Tras un ‘temporadón’ hubiera sido el momento para poder mantener el bloque y seguir compitiendo de tú a tú con merengues y culés. Los que venden de positivo que sus futbolistas interesen a otros equipos por lo mostrado en esta campaña es un discurso plano y sin fundamento. También lo son los suplentes del Madrid o Barça para el resto de conjuntos del planeta fútbol. No es cuestión para sacar pecho sino para reflexionar. Ver la cruda realidad. El Atlético es un equipo en continua reconstrucción. Que todos los años pierde patrimonio. Se queda sin su estrella, aunque ahora mismo, la tiene en el banquillo. Su líder, su referente, su guía. El día que la pierda se puede liar una gorda en el Manzanares.
Veremos si la sangría o fuga de talentos sigue. Koke también interesa. El United le viene siguiendo en este curso y los 60 millones de su cláusula no asustan a sus dirigentes que tienen que buscar cómo ilusionar a su legión de seguidores tras el fiasco de no disputar ninguna competición europea en la próxima temporada. El Barça también pretende al medio vallecano. Se abre la subasta por otro futbolista colchonero.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.