Segundo parón liguero. Tiempo para hacer una reflexión tras siete jornadas disputadas. El Barça, invicto e imbatido lidera la tabla. Seis triunfos y un empate es el bagaje del proyecto del debutante Luis Enrique con unos números inmaculados. Los azulgranas no enamoran, pero parecen alemanes. Son fiables. La conexión Messi-Neymar sintoniza. Entre ambos suman 13 de los 19 goles anotados. El brasileño, con siete, va a uno por partido. Messi lleva uno menos y está asombrando en este arranque de temporada con su papel de asistente (suma seis) y por su generosidad a la hora de moverse por el campo. No escatima esfuerzos para ahorrar energías. Se ha puesto las pilas. Alcalinas. Pasó el Mundial. Acabó su absentismo y la huelga de botas caídas que protagonizó en el anterior curso.
Además del resurgir de Messi, el Barça tiene otra gran noticia; su solvencia defensiva. Por ahí se ganan los títulos. Siete jornadas y nadie en suelo patrio ha logrado depositar el balón en sus redes. En Vallecas, Claudio Bravo pudo haber perdido la virginidad de azulgrana, pero salió con un récord. El Barça hizo los deberes ante el Rayo Vallecano y recuperó el liderato, pues os horas antes, Valencia presumía de ser el primero. Mestalla revivió Las Fallas en octubre. Pasó por allí el actual campeón. El Atlético se disfrazó de ninot y salió quemado en un brutal primer cuarto de hora de los de Nuno. Tres chicharros blanquinegros en 13 minutos. Las excusas colchoneras de jugar 65 horas después de hacerlo ante la Juventus parecen baratas. El Sevilla acabó el jueves a las 20.45 su partido en Croacia y a las 12 del mediodía del domingo saltó al Pizjuán para medirse al Deportivo. Preocupante que el Cholo copie el discurso llorón que en su día protagonizó Mourinho. Kleenex para Simeone. Es el peaje que hay que pagar por la Champions.
Encomiable reacción rojiblanca, que lavó su patética imagen de los primeros minutos. La derrota en Mestalla y la ruleta de otros resultados supone que la tropa del Cholo salga de los puestos de la Champions. La teoría del argentino tenía fundamento. El Valencia se equipara al Atlético. Es de su Liga. Para nada. Los rojiblancos, pese a la tesis de su entrenador es un candidato al título. Que lo gane o no luego es otra cosa, pero resulta obsceno que El Cholo salga por peteneras cuando se le pregunta por el objetivo en el torneo de la regularidad. No hay que hacer un mundo por la derrota. Valencia no va a ser una visita fácil. Que Barça y Real Madrid tomen nota. El Valencia ha empezado como un tiro. Otamendi, Mustafi, André Gómez y Rodrigo han revitalizado a un equipo deprimido. Encima, Parejo , Paco Alcácer y Gayá han empezado muy aplicado el curso. Y falta que Negredo se una al grupo. Otro cañón para la delantera. Los valencianistas tienen un as en la manga. Solo tienen un partido por semana dada su ausencia en Europa. Si saben administrar la gasolina pueden llegar lejos. El ¡Amunt Valencia! puede animar la Liga. ‘Los Murciélagos’ están de vuelta.
Los de Nuno se han colocado segundos. Cuando el club levantino hizo oficial el fichaje del portugués se levantó una polvareda de dudas. Su currículo no impactaba. Era muy corto. Parecía ser el enchufado del nuevo dueño. Un Peter Lim, al que muchos le vieron como el salvador, y que también suscitó incógnitas acerca de su desembarco en la capital del Turia: si vino a hacer negocio o a reflotar al Valencia. De momento, el empresario asiático ha devuelto la ilusión a unas gradas y pone al once levantino en la parrilla de candidatos al título. Otro que se quiere sumar a la fiesta es el Sevilla. Un equipo que otro año vuelve a reinventarse. Otra temporada que empieza de cero. Tras el varapalo en el Calderón, Emery recobró el criterio, se dejó de experimentos, y sus pupilos golearon al Deportivo. El Sevilla perdió a Rakitic, pero ha ganado para su causa a Denis Suárez y Deulofeu.
La cuarta pata de la mesa por la Champions la completa el Real Madrid. Suma dos derrotas en siete jornadas. Contabiliza cuatro victorias seguidas. No hay que volverse locos. Hizo los deberes. Arriba, pletórico. 25 goles, a una media de 3,5 por partido. Su última víctima, el Athletic con una impactante manita. Iraizoz evitó una goleada de escándalo. Los leones parecen gatitos. Cristiano Ronaldo no tuvo piedad con ellos. Nuevo triplete del portugués. El 22 en Liga y que le vale para igualar a Zarra y Di Stéfano. Con uno más pasará a ser el rey. Lógico el subidón merengón a falta de dos jornadas para el Clásico. Cuatro puntos es la distancia del puente aéreo. Eibar y Levante no parecen rivales para acortarla en el aperitivo previo al choque.
Ancelotti tiene un problemón en la pizarra. Le falta un mediocampista y le sobra uno arriba. El equipo sufre vértigos. Aún no tiene el suficiente equilibrio que le haga ser fiable y tener la sensación de ser un conjunto que se deja llevar por el impulso y latigazo de sus individualidades pues se descompone en momentos puntuales de los partidos. La BBC más James no se ponen el mono de trabajo y eso le hace sufrir. Echa de menos a Xabi Alonso y sobre todo a Di María. La salida del argentino digan lo que digan es más traumática. Al colombiano le está tocando asumir un papel que no es el suyo. Bale debería hacerlo, pero el galés se limita solo a atacar. Ancelotti aún no ha dado con la tecla. Ante el Barça pasará la prueba del algodón. Ni lo blancos ni los rojiblancos se pueden dormir en los laureles. Valencia y Sevilla se han unido a la fiesta. A la pelea por la Liga y por la Champions. Cinco equipos por cuatro puestos. Mucho ojo con el Valencia.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.