El corazón de Alfredo Di Stéfano dejó de latir esta tarde. El presidente de honor del Real Madrid falleció en el Hospital Gregorio Marañón, donde ingresó el pasado sábado tras sufrir una parada respiratorio cardíaca a la salida de un restaurante en la madrileña calle de Juan Ramón Jiménez, donde celebraba su 88 cumpleaños con su familia.
Se va de uno de los grandes. Muchos que le vieron jugar le pusieron en lo más alto del podio. Por encima de Pelé, Cruyff, Maradona o Platini. Su capacidad goleadora, liderazgo, mentalidad ganadora y compromiso, pues su juego no se basaba únicamente en rematar y hacer goles, pues le gustaba bajar a la media, y sacar el balón controlado e iniciar la construcción de la jugada, fueron resaltadas por aficionados, críticos, compañeros y rivales. La FIFA así lo admitió al concederle el Trofeo al Mejor Jugador del Siglo XXI en el año 2000.
En 1952 ya dejó prendado a Santiago Bernabéu. El goleador militaba en el Millonarios colombiano que fue invitado junto al Norköping sueco en un torneo conmemorativo de las Bodas de Plata del Real Madrid. El Bará también negocio su fichaje. La FEF tuvo que mediar en el conflicto. Su decisión salomónica de que jugara dos años en el Madrid y otros dos en el Barcelona no fue aceptada desde el club azulgrana (Enric Martí, su presidente, dimitió), lo cual supuso un puente de plata para su llegada al Real Madrid. Una decisión que cambió la historia y que supuso el relanzamiento del cuadro de Chamartín. Con posteridad, más de uno en el Barcelona se lamentaron de aquella decisión. Le pusieron en bandeja un jugador que lideró durante una década un equipo invencible, pues no solo pasó a conquistar el fútbol español sino que lo hizo en el Viejo Continente con la conquistas de las cinco primeros Copas de Europa, ganadas de forma consecutiva. Luego, llegó el ocaso de los dioses y tuvo que salir por la puerta de atrás hace 50 años. El Español fue su destino.
Di Stéfano tuvo una vida agitada. Tras jugar en River Plate, ‘La Máquina, como se conoció a aquel equipo, tuvo que emigrar a Colombia por la huelga de futbolistas en Argentina en 1949. En 1963 su secuestro express en Caracas por las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Venezuela dio la vuelta al mundo. Pese a su gran calidad no disputó ni un solo minuto en un Mundial. En Chile 62 viajó, pero no se recuperó de la lesión que se produjo en el último amistoso disputado en San Sebastián. Luego, ganó una Liga como entrenador. Lo hizo en el Valencia. En 1970. Una tarde transistores. El Atlético y Barcelona empataron a uno en el Manzanares cuando la victoria les valía a unos y a otros para cantar el alirón. El Valencia ganó 0-1 al Espanyol en Sarriá.
‘La Saeta Rubia’ volvió al Madrid para dirigirlo. En la campaña 82-83 jugó optó por los cinco títulos, pero no logró ninguno. Su legado fue apostar por la ‘Quinta del Buitre’ que años después trajo un resurgimiento de la entidad ganando cinco Ligas consecutivas. Di Stéfano debutar de manera progresiva a Manolo Sanchís, Rafa Martín Vázquez, Pardeza, Butragueño y Míchel en los dos años que estuvo al frente del banquillo de Chamartín.
En el año 2000, con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid, fue nombrado presidente de honor. Su acento y gracejo porteño, sus jugosos comentarios nos sirvieron como lecciones a los que no le vimos darle a la ‘vieja’, como decía él. Ahora, en el cielo, hará las delicias. Con ella, y sin ella. Que se preparen los de arriba. No estará dispuesto a perder ni al parchís. Y desde allí seguirá mirando a lo que hagan los de blanco. Seguro que no se carará con nadie en sus comentarios. Seguirá siendo el crítico número 1.
About Francisco J. Molina Quirós
Desde 1988 ligado al periodismo deportivo, pero me encanta escribir sobre lo que me rodea.